diciembre 30, 2008

Inteligencia de verdad, ignorancia de mentira

La inteligencia de la calle es la apuesta a la que más se le puede confiar el futuro en estos momentos. La inteligencia de la calle recibe neveras y licuadoras pero vota en contra de ellas. Escucha pacientemente los innumerables e interminables discursos, o simplemente los apaga porque ya sabe lo que va a escuchar. La inteligencia de la calle conoce sus derechos, ve como los violan, pero sabe que tarde o temprano la justicia se impondrá. La inteligencia de la calle ve como su voto se esfuma entre dos polos, pero en algunas ocasiones se arrima a uno u otro porque sabe golpear donde duele.

La inteligencia de la calle se consigue en todos lados, puede ser que esté a bordo de una moto, trabajando todo el día, y en una de esas le pides una carrerita al CCCT y te dice: “Este Presidente sí es fastidioso, ya salimos de unas elecciones y se pone otra vez y que en campaña, y la gente gafa que se pone a pararle. Igualito ese referéndum va y le vamos a decir que no, lo que hay que hacer ahorita es celebrar la navidad”.

Pero existe también la ignorancia de las masas, esa que sale en Globovisión vestida de azul con la cara enrojecida de cólera tratando de “convencer” a alguien -que está ya de su lado -de la inconstitucionalidad de tal o cual capricho presidencial. Otras veces se viste de rojo y mira de lejos como pintan la fachada de la Alcaldía Mayor de consignas y groserías y solo atina a decir: “¡Qué feo dejaron eso! Pero no importa, mañana mi Presidente dice que fueron unos escuálidos disfrazados y listo”.

Lo bueno de todo es que uno se topa cada vez más con la inteligencia callejera que con la ignorancia masiva, y es fácil saber por qué: una está en la calle y la otra está en la televisión. Una respira aire puro, la otra está contaminada de rayos catódicos. Una llora frente al ataúd de su ser querido asesinado, mientras la otra lo filma o lo niega colocando en su lugar una “Venezuela de verdad”. Una vive, la otra existe de manera artificial. Una ejerce sus derechos ciudadanos, la otra libra consecuentes “batallas” politiqueras y mediáticas.

Ya se escuchan a lo lejos trompetas de guerra, ya se empiezan a armar comandos de campaña. Los tiempos en televisión y los centímetros de prensa se pierden entre el odio y la revancha. La inteligencia callejera no huye de esto, al contrario, lo asume como parte de la vida, pero sonríe porque sabe que el turno no es ahorita. Cierra la página del periódico, le da un beso a sus hijos y pone música, porque es navidad, porque sabe que hace unas semanas atrás golpeó con fuerza y que pronto volverá a golpear. Una enmienda no le quita el sueño, porque sabe que al final, la palabra es suya, sea en 2009 o en 2012.

Mientras tanto, la ignorancia masiva aplaude ante el televisor cuando escucha que el Gobierno central traspasa hospitales, canales de TV y escuelas a sus dominios. O grita desaforada ante la pantalla cuando encadenan la señal por quinta vez en el día. Algunos descansan sus ojos para acudir a los encuentros con su líder, perdidos entre otros miembros de la masa mirando embobados a la tarima en lo alto una sombra de guayabera roja, alterada, insultando a diestra y siniestra, luego llega a su casa a verse de nuevo ante el “mago de la cara de vidrio”, y sólo entonces saber que sí fue verdad que estuvo allí.

La inteligencia callejera sabe que no necesita pedir permiso a nadie para descansar, sabe que debe tarde o temprano acudir a la cita, pero mientras tanto, compra regalos, decora su casa, habla a los niños del amor de estas fechas, de lo especial de diciembre, escucha gaitas, canta aguinaldos y deja de lado todo sentimiento negativo. Se concentra en vivir y no en sobrevivir. No se preocupa, se ocupa. No se enceguece, abre más los ojos. No obedece todo lo que le ordenan, se cuestiona y guarda su respuesta para el momento preciso, sea esta SÍ o NO.

¡Feliz año nuevo 2009!

Nota: Las frases entrecomilladas son reales.

PD: Nosotros nos preguntamos, ¿qué va a pasar con la propuesta de enmienda si pierde en febrero? ¿Acudirán ahora sí, al “pueblo” para insistir con lo mismo? ¿De no ser aprobada la enmienda “el soberano” solicitará una asamblea constituyente como ultimo recurso? ¿Está preparado el PSUV para seguir con su revolución sin Chávez en la presidencia?

¿Qué va a pasar después de las elecciones parlamentarias? ¿Qué van a hacer los diputados que convirtieron la AN en un apéndice del PSUV cuando tengan menos mayoría, cuidado si no, cuando se vean reducidos en su poder dentro del Parlamento?
¿Qué va a pasar dentro del PSUV en los días previos a las elecciones presidenciales?

¿Qué otras oportunidades perderá la oposición cuando se vean atragantados con las brechas que el destino les está abriendo? ¿Seguirán tratando de mantener pegada con cinta adhesiva la mentada “unidad”? ¿Cuántas máscaras se caerán desde aquí hasta el 2012? ¿Cuáles “líderes” se verán beneficiados de la situación? ¿Cuánto subirá la inflación mientras tanto? ¿Cuántos asesinatos habrá? ¿Cuántos secuestros se consumarán?

diciembre 24, 2008

Haciendo "estatus"

Hace tiempo que la cordura abandonó a la política nacional. Unos y otros la echan de sus filas y adoptan en su lugar los caminos y las formas más ilógicas y lo más alejadas posible de la unión, la paz y la tranquilidad.

¿Diálogo? Esa palabra dejó de existir en el diccionario político venezolano, al igual que las palabras tolerancia, mediación, negociación.

La “revolución” en la que muchos confiamos solo se convirtió en un mecanismo de venganza de aquellas fuerzas de izquierda que se vieron disminuidas en la Cuarta República. Solo eso. La “revolución” se ha concentrado en estos diez años en tomar políticamente cuanta institución democrática existiera, cambio
de nombre y teñido de rojo previo , para no permitir ningún tipo de oposición ni disidencia.

Los resultados de la pasada jornada electoral convirtieron de alguna forma los equilibrios de poder en el país a nivel regional. Esta vez la oposición ha asumido una postura de diálogo y de llamado al trabajo en conjunto, quizás porque no les quedaba más remedio que hacerlo así. Pero el gobierno central y los "factores oficialistas", en lugar de aprovechar esta oportunidad única de llevar bienestar a las regiones, simplemente dejaron que lo político
(y lo egoísta) privara sobre la voluntad electoral y desconocieron resultados algunos, o sabotearon los otros.

Los más radicales anunciaron a vivas voces su desafío a las nuevas autoridades: “Que no se le ocurra pisar el 23 de enero” gritaron los cuatro pelagatos que integran la banda de “La Piedrita” sin siquiera preguntar a la mayoría de la gente que vive en este sector si están de acuerdo con eso, ¿para qué? Ellos tienen el control de la zona, las armas y la actitud de solucionar todo por la vía violenta.

Otros delincuentes disfrazados de funcionarios públicos se encargaron de saquear las sedes de los gobiernos locales ahora en manos del “bando” contrario. Muebles, cuadros, papeles, documentos, hasta las mascotas de las casas de gobierno desaparecieron.

Y los que detentan el poder, en lugar de establecer medidas que den ejemplo de tolerancia y de la paz que todos deseamos, se encargan de oficializar las labores de saboteo con el traspaso de los servicios municipales y estatales a manos del gobierno central: Salud, educación, medios de comunicación, etc. Quizás con temores ciertos, o no.

Pero tampoco es que ellos, los que sí mantuvieron el poder como el nuevo Alcalde de Libertador, se pusieron los pantalones para comenzar a recoger la basura que le heredó la gestión anterior, sino que acudió al llamado del Gran Líder para comandar una campaña trasnochada para una propuesta de enmienda que busca solucionar el problema de liderazgo que puertas adentro posee el PSUV. ¿Caracas llena de Basura? No importa, lo que importa es recoger firmas para darle un poquito de toque de pueblo al mandato que recayó en la Asamblea unipensadora.

Y nuevamente caemos como tontos en la estrategia comunicacional del Gobierno, esa que tapa noticias de maletines de dólares con magnicidios y golpes y que ahora desvía la atención del saboteo a un tema estéril: la enmienda.

Los nuevos Alcaldes y Gobernadores no-chavistas, hasta ahora han actuado de manera inteligente. No han caído en la actitud llorona de otrora, ni tampoco en el contraataque desesperado. Han soportado más bien el chaparrón estoicamente y han comenzado a trabajar con las herramientas que le quedan a mano. Ledezma llamó a los alcaldes del área metropolitana a trabajar en la seguridad (con la ausencia del “municipio más seguro: Libertador”), Ocariz recogió la basura en Petare y empezó a reunirse con los consejos comunales de la zona para trabajar en conjunto. Capriles… bueno, solicitó una primera dama. La cuestión es que no se han dejado distraer y finalmente entienden que la única forma de hacer las cosas es de la mano con los que sí desean una transformación, con los que sí están dispuestos a trabajar, con los que finalmente son los verdaderos interesados en que las cosas sean como deben ser: la gente.

Por su parte, Chavez anuncia que quiere “tender puentes” a la oposición, pero del dicho al hecho solo deja más saboteos y ataques. No envía el dinero completo al Zulia y quiere meter preso al nuevo alcalde de Maracaibo. Insulta a Ledezma, advierte y amenaza. Las asambleas legislativas con mayoría oficial retrasan las juramentaciones de Carabobo y Táchira. El PSUV ordena a PDVSA que no envíe más gasolina a esta última con toda la intención de desesperar a sus habitantes y luego anunciar que ellos serán “de ahora en adelante” los intermediarios ante PDVSA… esto es real, no es un cuento de terror. Y otros tantos, los menos, los más rasos, los más malandros, golpean a los estudiantes de manos blancas que pisan la Plaza Bolívar.

¿Qué podemos hacer? Tú, que formas parte de un Consejo Comunal y que realmente quieres lo mejor para tu comunidad, ponte en contacto con tu nuevo alcalde, sugiérele, exígele y si no cumple, denúncialo, protéstale, pero no lo hagas solo porque el dirigente rojo rojito de tu barrio te pidió que lo hicieras. Esto solo va a provocar el odio de tus vecinos y que tu calle siga con huecos, con basura y con más malandros asaltándote las noches de quincena antes de llegar a tu casa. Reflexiona, ¿qué hiciste después de las elecciones? ¿Trabajaste por tu comunidad o por el partido?

Tú, que solo conoces la realidad que te muestra VTV y Globovisión, sal a la calle, respírala, vívela y pregúntale a ese vecino, a ese tío chavista (o anti chavista) por qué está convencido de su posición. Infórmate, entiéndelo y aprende que la realidad de la calle es la que en verdad mueve a este país. Deja el odio a un lado, porque ese odio no te pertenece. Deja de creer que las causas de los problemas están afuera, las causas y más importante aún, las soluciones, están en tí, en tu actitud ante los problemas de tu cuadra y en cómo respondes a lo que te rodea. Deja de ver la paja del ojo de tu vecino y empieza de una vez por todas a trabajar en la enorme viga que tienes en el tuyo. ¿Revolución? Ninguna revolución funciona si no empiezas tú mismo a hacerla, y no creemos por acá que el partidismo, el totalitarismo y el personalismo sean algo muy revolucionario en este país.

Tú y esa persona que no comparte tu afiliación política tienen algo en común que pesa por sobre cualquier color partidista: el amor a esta patria llamada Venezuela.