febrero 18, 2010

Venezuela: ¿A punto de bajar el breaker?

Las pocas semanas que lleva este 2010 han sido quizás para muchos venezolanos los días de mayor incertidumbre de los últimos años, y es que más allá de ser testigos o víctimas de la inseguridad que aqueja al país, ahora se les han sumado otros problemas como la devaluación de la moneda, el cese de las transmisiones de algunos medios de comunicación audiovisuales, las expropiaciones, la escasez de agua y una emergencia eléctrica decretada oficialmente por el Gobierno nacional.

Esta última se genera a pesar de que hace algunos años, expertos en materia eléctrica, ambientalistas y consejeros de gobierno, habían alertado sobre la necesidad de invertir en gabarras generadoras de electricidad, a la par de hacer un eficiente mantenimiento a las principales represas del país, entre ellas la de la cuenca del Rio Caroní en el estado Bolívar, conocida como la represa hidroeléctrica del Guri, que, para nadie es un secreto, es de donde proviene más del 70% (9.870 MW) de la electricidad que consumen los venezolanos.

Depender casi en su totalidad de una sola fuente para surtir de luz a todo un país –cuya población aumenta continuamente- puede ser un mal síntoma, sobre todo si hay elementos de la naturaleza que no podemos controlar como el fenómeno de “El Niño”, al cual el Gobierno Nacional atribuye la responsabilidad de que Venezuela esté a un paso de bajar el breaker. Pero, ¿realmente el tristemente célebre fenómeno natural es responsable exclusivo de la crisis eléctrica?

El mismo Comité de Profesionales y Técnicos de Electrificación del Caroní (EDELCA), a través de un comunicado, advirtió a la opinión pública nacional que “la crisis de insuficiencia de energía eléctrica no se debe al evento climatológico El Niño, cuya aparición en nuestra zona geográfica es cíclica y se hace presente en períodos regulares (…) La principal causa de que actualmente nos encontremos en la situación de alarma se debe a que el Gobierno nacional no ha sido capaz de realizar, de manera oportuna las inversiones requeridas en los sistemas de generación, transmisión, subtransmisión, distribución, comercialización y gestión del sistema eléctrico nacional".

Esta afirmación, hecha por los propios trabajadores de EDELCA, no es nada despreciable tomando en cuenta que, según los especialistas, no es la primera vez que los niveles de agua del Gurí estén por debajo de lo esperado: en 2003 los niveles de esta represa fueron menores a los que se deseaban, sin embargo el Gobierno Nacional actuó con celeridad en ese momento para solventar dicha realidad e incluso invirtió en la construcción de nuevas centrales de producción de energía térmicas –que vale acotar no han sido terminadas en su totalidad- tal como lo afirma el periodista Eugenio Martinez (@puzkas) en su artículo “O llueve o nos quedamos sin luz”, publicado el 7 de enero 2010 en el diario El Universal.

Cabe preguntarse: si había antecedentes e indicios de que esto podía ocurrir, entonces ¿qué paso?

¿Falta de planificación?, ¿de gerencia?, ¿de presupuesto?, ¿de personal?… No lo sabemos, lo cierto es que desde 2009 Venezuela atraviesa una gran sequía que ha disminuido sustancialmente los niveles de las principales represas, tanto así que en el embalse La Honda Río Uribante -ubicado en el estado Táchira y famoso por haber sido construido encima de un desaparecido pueblo llamado Potosí-, ya se pude visualizar casi por completo la iglesia que yacía bajo sus aguas.


El nivel máximo de la represa del Guri es de 270 metros; el nivel mínimo que
garantiza generación eléctrica suficiente es de 240 metros; el nivel actual es de 260 y bajando. Dicen los expertos que deben tomarse medidas enérgicas sobre los planes de racionamiento y desarrollar nuevas fuentes de energía. Una de las medidas más comentadas por la Opinión Pública es la de cambiar (de nuevo) el huso horario que se implementó en 2007. Tal parece que atrasar los relojes media hora, sirvió para que los venezolanos también encendiéramos media hora antes nuestras luces al llegar la noche. Es decir, 30 minutos extras de consumo de energía eléctrica que se nos hacen invaluables en la actual coyuntura.

Pese a estas consecuencias pareciera que el Gobierno Nacional no quiere revertir esta decisión. Percibimos que esta reticencia pueda deberse a que se trata de evitar el costo político que tendría admitir que el cambio de huso horario fue una decisión errada, que contribuye a exacerbar la crisis eléctrica nacional, sin otorgar beneficios claros en otros ámbitos. Sin embargo, como ya lo ha manifestado el Presidente Hugo Chávez: “Rectificar es de sabios”.

En este sentido, es necesario acotar que todos los actores deben asumir constructivamente su responsabilidad ante esta crisis, incluyendo al Gobierno Nacional, que el pasado lunes 9 de febrero bajo decreto Nº 7.228 anunció "Se declara el estado de emergencia sobre la prestación del servicio eléctrico nacional y sus instalaciones y bienes asociados por un lapso de 60 días prorrogables". Dicho decreto penaliza la actitud de consumidores “derrochadores”, entendido esto como consumidores residenciales o comerciales que consuman mas de 500Kv al mes, quienes al hacerlo pagaran una multa entre 75 y 100% del total de la factura por incrementos del consumo superiores al 10%, y de 200% si incremente el consumo entre un 10 y un 20%.

Los usuarios que por el contrario, presenten un descenso de al menos 10% en su consumo, recibirán descuentos en su factura entre 25 y 50%.

Para el sector Comercio, las medidas son bastante más punitivas:


Adicionalmente el decreto de emergencia permite al Ministerio de Energía Eléctrica realizar contrataciones con proveedores tanto nacionales como internacionales para suministro de energía, sin abrir el respectivo proceso de licitaciones que establecen las leyes venezolanas.

Es un hecho que la penalización y premiación de los hábitos de consumos de usuarios fue la mejor solución que encontró el ejecutivo al déficit de generación de energía eléctrica. Consideramos que es insuficiente.

De igual forma, la penalización por sí misma no es una medida acertada para abordar la crisis, que es de características sistémicas. Se deben también realizar inversiones en los sistemas de distribución de gas doméstico. No es lo mismo penalizar a los consumidores que tienen acceso a gas directo para cocinar y calentar el agua (dos de los artefactos que gastan más energía), que aquellos consumidores que dependen de un errático suministro de bombonas, quienes en muchos casos invirtieron en calentadores y cocinas eléctricas precisamente ante la irregularidad y deficiencia del servicio de gas doméstico.

El Gobierno Nacional debe asimismo, ante todo, comulgar con el ejemplo del uso racional de la energía. Ya es célebre el juego de softball organizado por el Presidente Chávez en Fuerte Tiuna, con un derroche de luz eléctrica destinada a la iluminación del estadio cuyos objetivos prácticos (que no político – propagandísticos) no están claros. Si bien presuntamente se usaron generadores eléctricos, como lo afirmaron algunos personajes del PSUV en Twitter en el momento del evento, de igual manera no pareciera ser conveniente un mensaje tipo “se vale todo para manipular la Opinión Pública” cuando se debería enfatizar en la conciencia ciudadana en el ahorro energético, háyase generado como sea. Sin mencionar que esos generadores eléctricos son bastante contaminantes.

Flujo generador de Guri actual. Foto: @Naldoxx
Si era necesario e indispensable este juego de softball, ¿por qué no organizarlo de día y aprovechar la luz solar? Medida que podría ser replicada por las diversas ligas deportivas del país, que deberían, en lo posible (sobre todo los fines de semana), programar los partidos de día, eliminando la necesidad del gasto en iluminación.

En todo caso, es necesario que todos, sin distinciones de ningún tipo, entendamos que estamos en un callejón literalmente oscuro. Que ya es tarde para echarle la culpa al Gobierno “aunque la tenga”, pues el problema ya existe y lo que debemos es buscar soluciones, que concienticemos que en la medida que crece la población se consume más agua y por lo tanto más luz, y que es imperioso que cada de uno de nosotr@s ponga su granito de arena siendo garantes de un adecuado uso de estos servicios.

De no hacerlo, corremos el riesgo no sólo de vivir en la oscuridad, dependientes de un horario inflexible de racionamiento, y de perder gran parte de la calidad de vida a la que estamos acostumbrados, sino de ser cómplices de la destrucción del planeta. El calentamiento global es problema de todos. Nuestra época nos convoca a ser multiplicadores de conciencia al tratar al ambiente, a enseñarle a los gobernantes y, más a aún, a nuestros hijos que somos capaces de construir un mundo mejor.

En la capital del país hace pocos días vivimos los sinsabores que trae consigo el racionamiento, eso sin contar que muchas ciudades del interior ya llevan meses en esta perenne agonía. Por eso, desde esta tribuna, no nos queda más que apelar a la conciencia y la austeridad de los individuos; empecemos con acciones tan básicas como aprovechar al máximo la luz natural, cambiar los bombillos incandescentes por las de ahorro de energía, abrir el refrigerador sólo cuando sea necesario, desenchufar todos los equipos electrónicos que no se usen regularmente, lavar a carga completa y con agua fría, así como usar la lavadora y la plancha en las mañanas.

Preocupa mucho que los amagues de racionamiento que ha hecho el Gobierno sean recibidos de manera tan irracional por los ciudadanos. Podemos reclamar la mala aplicación de las medidas, la premura en su implementación o la mala planificación de las mismas. Podemos provocar rectificaciones gubernamentales y destituciones de Ministros, pero la regulación es necesaria. Y más allá de ello, como ciudadanos responsables debemos realizar ahorros voluntarios planificados con nuestra familia.

Pero también preocupa ver por momentos que el propio gobierno nacional no se cree su propio decreto de emergencia, puesto que, además de ser insuficientes las medidas, también se rechaza la posibilidad de ayuda de otros países, como ocurrió de principio con la propuesta de Colombia en ese sentido, dejando prevalecer las divergencias políticas internacionales en momentos de crisis para toda la nación.

¿Se imaginan una Caracas en plena colapso energético? ¿Sin luz por días, semanas, quizás por meses? ¿Caótico verdad? No debemos esperar a que llegue ese día. Ahorremos luz y exijamos un Plan de racionamiento serio.

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