abril 09, 2013

Una visión de país, y sus preguntas


por Carmelo Carrillo
@carrmelo


Chávez era "pueblo". A Chávez le dolió esa "nueva tierra" que masacraron y saquearon dando a cambio espejos hace más de 500 años, cuando dejamos de contar y vivir nuestra historia de persona a persona, para ser escritos dentro de otro sistema en lenguas ajenas, en una irrupción demoledora de nuestro tiempo/espacio. Chávez creció desde abajo para entender otra conexión con lo que se vivió y se vive. Y luchó, con las pocas maniobras que le permitía ese sistema, para conseguir un cambio que nos devolviera nuestra herencia.

Chávez murió, pero no murió su idea, y bajo los preceptos de la constitución, impulsada por él en 1999, tenemos, de entre siete candidatos, dos opciones que mantienen relevancia para comandar el país.

reutersHenrique Capriles, el candidato de la "unidad" donde se piensa "diferente". El llamado candidato de la "burguesía", por aquello que no es pueblo pues nació con una serie de comodidades que lo alejan del común; comenzando por una educación absolutamente privada y elitista, tan privilegiada que hasta estudios en el extranjero ha realizado. Sus mayores referencias son todos los cargos de poder popular que ha obtenido voto a voto, y gracias a esto, todas las obras que ha realizado a lo largo de su carrera política. Pero está involucrado con "la derecha", en una mesa, conformada en buena parte por una serie de políticos que han participado, desde la IV, en ese agujero de corrupción que está a punto de hundir a nuestro país.

¿Está Capriles consciente que sucede, más allá de los políticos, una verdadera revolución? ¿Podrá gerenciar a la República Bolivariana de Venezuela que ha nacido junto a millones de venezolanos? ¿Será capaz de entender ese ideal del que fue "el nuevo mundo", o va a entregar estas tierras a un proyecto de orden y capital, en declive, que no nos pertenece y que tanto daño sigue haciendo?

Nicolás Maduro, el candidato elegido por Chávez para consolidar una realidad única en desarrollo. El llamado candidato del "pueblo", pues viene de abajo, no tiene estudios superiores pero ha aprendido de la calle. Sabe lo que el trabajo enseña, y cómo puede llevar a desarrollar lo que siempre se ha deseado e incluso más. Partiendo de sindicatos ha llegado a ser canciller y vicepresidente, y así, presidente (e) de un país en transiciones.
¿Podrá Maduro mantener su liderazgo actual de ser reelegido? ¿Será capaz de calmar las discusiones y parcialidades dentro del Partido Socialista Unido de Venezuela? ¿Podrá ser "muro de contención" de esas "ideas locas" del extremismo? ¿Podrá sopesar con su imagen los problemas que aún no consiguen solución, que siguen quitando y consumiendo vida?

Existe un trabajo leal y desinteresado a un proyecto de patria, pero existe también la vieja política dentro del partido de gobierno ¿Podrá Maduro romper con la "boliburguesía"? ¿Podrá mantener nuestra la patria y alejarla de los ya 54 años de corrupción visible y desenfrenada?

La historia es imposible cambiarla. La historia, esa que pasó, está para asumirla y convertirla en conocimientos, trabajar en fortalezas y debilidades e intentar salir bien del eterno espiral. Ahora, una vez más, nos debatimos por dos opciones.

Las cosas pueden parecer lo que no son y mucho menos llegan a ser todo lo que nos dicen, sobretodo cuando nos hemos quedado en prejuicios. ¿Podremos reconocernos y trabajar en conjunto para lograr la Venezuela que todos merecemos y soñamos? Chávez ayudó a abrir los ojos de muchos para expresarse y exigir lo que corresponde, valorar lo nuestro. Ha llegado la hora de con el voto consciente dar un nuevo rumbo a la historia, y una vez elegido nuestro porvenir, más allá de los bandos, oficialista u opositor, y desde la trinchera que nos haya tocado, aportemos en conjunto nuestras mejores cualidades para conseguir lo que deseamos. Bien se dice que en la diferencia está el gusto.

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