noviembre 12, 2007

Escenarios políticos, cuatro visiones

El presente post es producto de la discusión que tuve con yimmi en otro threather de la gente de ProMedio, por eso decidí escribir estas líneas.

Según está el panorama hay al menos cuatro posturas dentro del marco de la oposición venezolana: La primera de ellas es ir a votar, con eso se intentaría vencer al gobierno desde la cortina electoral, esta opción es respaldada por gran parte del país, claro está, con el temor al fraude electoral que ello supone. La segunda es abstenerse a participar por miedo a ratificar al gobierno y al proceso, con el miedo de que gane el sí por abstención. La tercera vía, la que proponen los estudiantes es la de alargar el proceso por falta de información, lo cual es lo mismo que estar abiertos al proceso electoral e ir a votar, sólo que un poco más tarde. La cuarta posibilidad es desconocer el proceso y llamar a rebelión popular, con el temor de que el gobierno, con su sabio aparato propagandístico, satanice dicha postura y termine por aniquilarla por ser “oligarca e imperialista”.

Desde un punto de vista del análisis político, parece difícil vencer al gobierno. Ir a votar es casi lo mismo que no ir a votar, pues en última instancia el CNE no es confiable. No obstante, parece que no tenemos otra arma para defendernos contra el atropello constitucional que supone la reforma. Por otro lado, la reforma constitucional en sí misma es un fraude, ir a votar significa darle fundamento jurídico al fraude. La pregunta es: ¿apoyamos un fraude o lo desconocemos por ser tal? Difícil es la respuesta, si no luchamos ahorita con todo lo que tengamos en nuestras manos, nos van a robar el país.

Quizá, lo más sabio sea ir a votar por el NO y esperar que el CNE sea justo y parcial, y, luego, si eso falla, lanzarnos a las calles en desobediencia civil, mas, en ese punto del decantar histórico ya habrá sido aprobada y ratificada por votos la constitución, lo que supone que ya el gobierno habrá ganado. Llamar a una extensión de tiempo como lo piden los estudiantes, como lo afirmo más arriba, es exactamente lo mismo que ir a votar. Por lo tanto, el voto no es respuesta, pues si el CNE no es justo, lo cual parece evidente, todo se habrá perdido. Además, la abstención no es un camino porque con ello tan sólo lograremos que se apruebe la constitución con minoría. La tercera vía es idéntica a la primera, en consecuencia no es opción. En conclusión, parece haber sólo un camino, desobediencia civil, todos a la calle, aunque eso suponga enfrentarse al aparato mediático del gobierno y a la satanización.

Quisiera agregar algo más: ¿qué sucede si el país decide, por mayoría, aprobar la constitución? Ese es un quinto escenario, el que reza: el país, al menos en su bloque más grueso, decide vivir bajo un régimen autoritario. ¿Es acaso libre el ser humano de elegir el privarse a sí mismo de la libertad? Pues, parece que si el pueblo decide votar SÍ a la reforma, no debería existir poder alguno que pueda socavar dicha autoridad, ya que el poder constituyente reside en el soberano. Yo les respondo con unas sabias palabras de nuestro libertador, ese que tanto citan los partidarios del gobierno, a veces es necesario “…hacer por la fuerza, libres a los pueblos estúpidos que desconocen el valor de sus derechos” (Bolívar, Manifiesto de Cartagena, 15 de diciembre de 1812), es decir, aunque un pueblo estúpido desee vivir en opresión, éste no tiene el derecho de privarse de su propia libertad. No a la reforma, aunque el estúpido pueblo así lo quiera, eso diría Bolívar.

Lo que se puede recoger de éste breve análisis es que estamos en un callejón que parece sin salida. Sueno un tanto desesperanzado, pero cómo no estarlo frente al momento histórico que vivimos. ¿Tú, qué piensas?

Wolram

No hay comentarios: