diciembre 03, 2007

"Post"-electoral: La dictadura que cayó.

“Sepan administrar su victoria… no se desboquen ahora”
Hugo Chávez.
Aunque resulte antipático para algun@s que comencemos este post-electoral con una cita del Presidente de la República, resulta conveniente sacar justo esta frase de su discurso de esta madrugada al aceptar su derrota en el Referendo. Ganó el NO, por un margen muy corto, pero ganó.

Est
e triunfo, con este margen, tiene muchísimas lecturas que probablemente serán realizadas el día de hoy y en los próximos días por los diversos medios de información. Es conveniente darle su justa dimensión.

En primer lugar, la oposición asumió un riesgo grandísimo. Ciertamente, tomar la posición de ir a votar representaba un costo político para los partidos opositores. No solo les era necesario reconocer la validez del árbitro, sino además, encaminar una defensa de la Constitución Bolivariana que hace ocho años rechazó. Era agachar la cabeza y tal vez reconocer que su tesis del fraude era incierta. Era, entonces, asumir que su posición hasta ahora no había sido la correcta. Y desde ProMedio los felicitamos por esa muestra de sensatez. Esperemos que el mito del fraude y los fantasmagóricos “topes numéricos” se conviertan de ahora en adelante en un pie de página de la historia.

La oposición, y sus seguidores, deben leer esta victoria con lupa para no perder las letras pequeñas del contrato social que fue sellado por los votos del día de ayer. Esta victoria no significa que la oposición es mayoría. Significa (y esto es una de las cosas que más nos alegra) que el pueblo está madurando políticamente y a pasos agigantados. La oposición debe saber y entender que ganando se pierde y viceversa. Y sobre todo, que aquellos políticos que solo buscan su beneficio personal o los de su pequeño grupo partidista, no tienen cabida en esta nueva nación que se está gestando.

Pero a la oposición le queda pendiente una gran tarea: habiendo derrotado por primera vez una propuesta del Presidente, ahora llega el turno ineludible de generar sus propias propuestas y lograr el respaldo popular para las mismas. La oposición debe dejar de ser “chavista”: debe trascender la mera figura del Presidente, y pasar de ser reactiva a ser asertiva. Nos complace que Rosales y otros dirigentes como Petkoff y Planas hayan hablado en esa dirección. Falta entonces que efectivamente emprendan ese camino. oposición y gobierno tienen que dialogar, y ojalá para ello sea útil la participación de Raúl Baduel e Ismael García, hombres que han sido injustamente satanizados por el extremismo. El pueblo espera que se tiendan puentes porque se cansa de absolutismos.

El gobierno también debe hacer muchas interpretaciones de esta derrota. El Presidente es un buen estratega. No ha llegado adonde está por fortuna o por error, y en su discurso de esta madrugada lo demostró (por cierto, ¡qué distinto sería el país si el primer mandatario se expresara regularmente con ese talante tolerante!). El gobierno tiene un proyecto político, y ha sufrido un revés importantísimo que, confiamos, el Presidente va a revisar en profundidad. Incluso, como él mismo afirmó, va a seguir empecinado en impulsar su propuesta. El pueblo, entonces, seguirá empecinado en leer, evaluar y elegir con calma. Al margen de voluntades individuales, la última palabra siempre será la del pueblo soberano.

A simple vista, podemos decir que hubo un porcentaje de “chavistas” (¿Light?) que rechazó la reforma. Y, tomando en cuenta los resultados de 2006, hubo un contingente mayor aún que se abstuvo. Prefirieron manifestar su inconformidad con su ausencia de las urnas. Y sin embargo, es probable que aún sean partidarios firmes del Presidente. Este es uno de los puntos importantes que debe tomar en cuenta el gobierno en sus análisis, pues de ahí se deduce que el liderazgo del Presidente está tan profundamente enraizado que a sus seguidores les cuesta contradecirlo pero, al mismo tiempo, que ese liderazgo no es incondicional, sino que tiene sus límites y condiciones.

La verborrea asesina del Presidente, la contaminación que provocó la Asamblea Nacional en la propuesta original, el hecho tácito y comprobado de la crisis de liderazgo que sufre el “movimiento revolucionario” en su seno, las presiones malsanas a los empleados públicos, el enriquecimiento oscuro de los dirigentes del gobierno. Todos estos factores deben ponerse sobre la mesa. Pero no solo el gobierno debe hacerlo, la oposición también los debe tomar en cuenta. Los resultados de ayer son la expresión de un pueblo y, por tanto, una lección para todos los sectores y factores que lo constituyen.

El pueblo de Venezuela ha demostrado su evolución política en esta oportunidad. La abstención estuvo alta, es verdad, pero no fue muda y aún así la opción del NO se impuso. El pueblo “chavista” le envió un mensaje a su líder (¿queremos tu revolución, pero no así?) y ha mostrado que no sigue ciegamente las directrices de sus dirigentes. El pueblo opositor también ha dado un gran paso al dejar atrás la sombra de la resaca del fraude no demostrado. La abstención es una postura libre y tan democrática como el voto, pero debería ser el resultado de una decisión individual. Sin embargo, preferimos la participación electoral como alternativa de construcción.

A los abstencionistas de la oposición les decimos: esperamos que de ahora en adelante se sumen de nuevo al juego democrático limpio. Quedó más que demostrado que con los votos sí se puede. Hernán Escarrá esta vez se equivocó. A los del oficialismo: la crítica es una de las condiciones más nobles de la naturaleza humana, no teman disentir.


Existe un elemento que se debe tomar en cuenta al analizar las votaciones y que está directamente ligado al hecho de que existió un voto “chavista” inclinado por la opción que ganó. El Bloque B recibió más votos negativos que el Bloque A. Si revisamos el contenido de ambos bloques, nos podemos dar cuenta que los artículos que incluyó la Asamblea Nacional sufrieron mayor porcentaje de rechazo de la población. En este punto cabe preguntarse ¿Y esos artículos no fueron incluidos por las sugerencias recogidas al pueblo? ¿El pueblo rechazó con mayor fuerza sus propias contribuciones a la propuesta? Nos parece que ya es hora de que los que hoy detentan el poder, bajen de sus pedestales y pongan los pies sobre la tierra, porque el pueblo de hoy no se deja engañar tan fácil como antes.

Es muy probable que el movimiento estudiantil, tangible aunque potenciado por los mass media, tenga una cuota de responsabilidad muy alta en este resultado puesto que, a su manera, alentaron de optimismo y participación a algunos grupos reacios a aceptar al árbitro, pero los compañeros dirigentes estudiantiles deben ahora retomar su trabajo aulas adentro, minimizar su rating televisivo y dejarle la política nacional a quién le corresponde. Las universidades tienen ahora un gran reto: demostrar que los combates más efectivos se dan en el terreno de las ideas, de la disertación, de la discusión sana, de la ejecución de una verdadera dialéctica. Que la posición natural de todo movimiento estudiantil es crítica, y por sobre todas las cosas, que la Universidad, junto con su autonomía, están al servicio de toda Venezuela.

El bienestar común no se consigue aplastando una parte de la sociedad en detrimento de otra. Ténganlo presente, señores políticos. El Presidente seguirá vendiendo sus ideas de cambio, esperemos que de aquí en adelante lo haga incluyendo, no excluyendo. Ayer cayó una dictadura: La dictadura de las mayorías.