mayo 27, 2008

Anónimo

Existe una diferencia -sutil para algunos, grande para otros- entre usar el anonimato para protegerse de agresiones y usarlo para descalificar y agredir.

En ProMedio, a lo largo de nuestro primer año de existencia, nos hemos planteado muchas veces qué hacer con este segundo grupo de des-cara-dos, que solo se dedican a menospreciar y atacar a otros y, en definitiva, a entorpecer el trabajo que hacemos en el blog.

El anonimato no es algo criticable per se, lo criticable son las posturas radicales, las agresiones sin sentido y sobre todo, los ataques a terceros y a los propios miembros del blog por medio de un rostro virtualmente encapuchado.

Sabemos de la existencia de anónimos que simplemente sucumben ante las dificultades o desconocimiento de la tecnología, y no tienen más remedio que dejar su nombre oculto. Esos son los menos (y de hecho son casos "dudosos" pues hace poco un "anónimo" puso su nombre y apellido al final del texto).

Sabemos de los otros, de los que saben muy bien lo que hacen y en sus comentarios, lejos de aportar, se contentan con generar violencia y atacar sin más argumentos que el despropósito y la descalificación automática.

Hemos analizado mucho, en serio, los comentarios de estos lectores. La mayoría de ellos siguen un parámetro muy similar, que nos podría dar pistas, al menos, de su procedencia e incluso de su posición política. Podemos dilucidar, por ejemplo, que muchos de ellos (si es que son varios, puede ser uno solo) son de la propia Escuela de Comunicación Social.

Esta conclusión nos lleva a reflexionar, a preguntarnos si no es más delicado que quienes hacen uso abusivo de este recurso provengan precisamente de una Escuela que egresa a los futuros periodistas, locutores, anclas y formadores de opinión de nuestro país. Nótese que llamamos al anonimato recurso, porque es bien sabido que en circunstancias de opresión, el anonimato nos sirve para protegernos, incluso para proteger nuestras vidas. Ahora, nos preguntamos ¿cabe ese ejemplo en un blog como este?

Siempre que podemos les sugerimos a ustedes, nuestros lectores, que firmen con algún pseudónimo, práctica común en las herramientas comunicativas de la red, y que nos facilitaría al menos identificarlos como individuos, y no confundirnos con quiénes son nuestros interlocutores. Imaginen, por ejemplo, cuántas veces una misma persona puede opinar lo mismo haciéndose pasar por otra. De modo que el empeño en seguir utilizando el anonimato nos lleva a pensar que las intenciones de estos personajes no son otras que molestar.

Nosotros no vamos a dictarles cátedra de ética. No nos sentimos capacitados para ello, aunque eso no nos impida observar lo poco que se practica ese elemento primordial de la filosofía que regula el animal que todos llevamos dentro.

Lo que queremos es reforzar nuestra conciencia de identidad y responsabilidad individual y social ante lo que se dice. Ahí está la restricción de la endiosada libertad de expresión que, como toda libertad, necesita limitaciones para que no derive en caos.

Por lo pronto, en ProMedio hemos tomado una decisión que pondremos en práctica y a manera de prueba en los próximos post. Estos comentarios seguirán siendo recibidos y seguiremos dándole cabida en nuestro espacio. Pero, todo comentario anónimo que no posea ningún tipo de calidad argumentativa, que provoque violencia e invite a la división, pero sobre todo, que se use para atacar al otro –participantes o no del espacio- no será respondido por ProMedio ni por ningún miembro del blog.

Lo que procuramos es que se tomen su tiempo para responder tal como queremos aquí, con raciocinio y con respeto hacia el otro. Sería ideal que todos nos hiciéramos responsables por lo que hacemos, pero aquí apenas les exigimos, con mucha modestia, que se hagan responsables de lo que dicen en este espacio que pertenece a todos.

mayo 20, 2008

La decisión de dos viernes

ADVERTENCIA: Este texto es una adaptación del que será publicado por Ricardo Andrade en Hora Universitaria. El autor, aunque es parte de ProMedio, se hace responsable único de los excesos y desaciertos de su crónica. Si no les gusta no es culpa nuestra; pero si les gusta es gracias a nosotros que tuvimos la delicadeza de publicarle lo siguiente...


Tomar decisiones es un ejercicio cotidiano en cualquier ámbito. En la UCV lo hacemos a cada rato, pero los últimos dos viernes tuvimos que decidir, colectivamente, a quién depositar nuestra confianza y nuestros votos en esas cajas de cartón que en ese tipo de jornadas adquieren otro nombre más respetable –y más fúnebre-. A los profesores y estudiantes nos ha tocado la democrática oportunidad de elegir a quienes se encargarán, durante el próximo periodo, no sólo de representarnos públicamente en tanto comunidad académica, sino de la ardua tarea de procurar el buen funcionamiento y mejoramiento de nuestra universidad como institución al servicio de la nación, en medio, por cierto, de un contexto histórico indiscutiblemente importante.
Hará cosa de un mes que la Ciudad Universitaria comenzó a albergar, en sus paredes, puertas y columnas, las coloridas consignas y los felices rostros de los candidatos. La comunidad ucevista los fue (re)conociendo poco a poco, llegando incluso algunos –¿estudiantes irremediablemente llenos de espíritu participativo?- a rayar los afiches en un gesto poco genuino, pero tradicionalmente irreverente. Llamaba la atención, por su parte, que casi todas las propagandas implicaban, de una u otra forma, la palabra “autonomía”, cuestión poco genuina también, pero –suponemos- llamativa y políticamente eficaz. En todo caso, el terreno de la universidad se fue abonando para tener nuevas autoridades.
Hasta que llegó la primera vuelta el viernes 09 de mayo, con sus ofertas decanales y un total de cuatro equipos de candidatos a rector, vicerrector académico, vicerrector administrativo y secretario. Profesores turnándose desde la mañana como testigos, estudiantes deambulando cerca de las mesas, dirigentes paseando de un lado a otro, todos nerviosos y optimistas. Unos distribuyendo papelitos con las fórmulas electorales, llamados “chuletas” –denominación cónsona con la poca ética que entrañan-; unos recibiéndolas con la amargura de quien recibe un indeseado foletín; otros –esperamos no sean muchos- obedeciéndolas con la aguerrida convicción de la falta de criterio. Unos se sentaban en los pupitres amurallados previendo con exactitud geométrica cada elección; algunos ejercían su derecho sólo enterados de por quiénes no votar; otros se disponían frente a los círculos blancos a morder el bolígrafo –pensando o recordando- para decidirse en el último momento.
Al filo de medianoche, aquella dinámica jornada resolvió los dilemas de las mayorías de las facultades, y despejó el camino hacia la silla que ocupara Vargas por primera vez: los cuatro equipos se redujeron a dos. Con todo y la elocuencia de los números a favor de García Arocha, la comunidad ucevista todavía tenía una semana para pensar si era su equipo o el de Pabón el próximo responsable de la próxima gestión rectoral. Esa semana reunió sucesos que acrecentaron la tensión entre los dos candidatos a rector y que, a mi modo de ver, terminaron decidiendo la cuestión. Pabón intentó desacreditar a su contendora y, si bien eso pudo haber desmotivado a algunos electores, a otros, por el contrario, los movió a participar por uno o –sobre todo- por otra. Así llegó el viernes 16 de mayo, fecha de la segunda vuelta, circunstancia esencialmente dilemática: la moneda y sus dos únicas caras, pero en una situación mucho más independiente del azar, una encrucijada definitoria e indefectiblemente decisiva.
Aquel viernes era un buen día para votar. Parecía un día propicio para hacer elecciones trascendentales, sin embargo la afluencia de electores fue menor que la de la primera etapa, o al menos eso era lo que reflejaba la atmósfera pesada de las diferentes escuelas y facultades. Había un desánimo latente que sólo podríamos justificar mediante la especulación. Las cifras finales darán detalles, pero no se sabrá a ciencia cierta si aquel clima se debió a una inopinada pérdida de la motivación inicial en algunos, o simplemente a la riesgosa certeza de quienes creían que todo ya estaba dicho.
Pero nunca decayó el ánimo festivo de los estudiantes y profesores más involucrados con el activismo universitario. El escrutinio, más que un conteo de votos, parecía un enérgico descuento de los minutos previos a un estallido. Bajo la suave luz de la Plaza Cubierta que lleva por nombre el de Villanueva, relucían las pieles sudadas y eufóricas en contraste con los rostros deseosos de una esperanza sorpresiva. Los ojos brillaban fijamente intervenidos por el reflejo de la pantalla, mientras las franelas (varias azules y blancas) se empapaban y las gargantas emitían todo tipo de coros, unos corteses y otros no tanto. Las brechas comenzaban a alimentarse cuando las bombas lacrimógenas –que pertenecen naturalmente a las fuerzas de seguridad del Estado- irrumpieron en la plaza, muy cerca del Aula Magna. En su vano intento por causar caos, la ácida neblina inundó el recinto y arropó a los ucevistas con su blancura picante, pero el viento, con la sencilla fuerza de lo natural, disipó los gases del saboteo para restaurarlo todo.
A las diez de la noche, la computadora continuaba registrando números y la pantalla seguía reflejándose en los ojos de todos. Pero las brechas pronto se hicieron irreversibles y la gente quiso oír verdades oficiales, especialmente los que querían ratificar su emoción triunfal. Así tuvo que declararlo públicamente la comisión electoral. Las cifras preliminares decretaron los decanos electos de las tres facultades que requirieron una segunda vuelta, y también arrojaron un resultado abrumador: la victoria de Cecilia García Arocha y todo su equipo como nuevas -y máximas- autoridades de la primera casa de estudios del país. A ellos nos queda felicitarlos y, sobre todo, exigirles eficiencia, prudencia y todas las virtudes que sean necesarias para llevar a la UCV por el camino de la academia y la institucionalidad, con amplitud, disposición negociadora y siempre en función de la sociedad. Ha llegado una nueva oportunidad de trabajar, cooperativamente, por una mejor Universidad; sería imperdonable desaprovecharla.


Ricardo Andrade

mayo 14, 2008

Segunda vuelta electoral en la UCV: Arocha Vs. Pabón

Luego de las elecciones de autoridades que se realizaron con normalidad el pasado viernes, este 16 de mayo de 2008 los “ucevistas” tenemos el deber y la responsabilidad de acudir nuevamente a las urnas para pronunciarnos sobre los dos candidatos a rector de nuestra casa de estudios que acumularon mayor cantidad de votos durante la primera vuelta: Ceclia García Arocha y Jorge Pabón.

En nuestro post pasado, hicimos algunas consideraciones puntuales sobre la hoja de vida y la trayectoria de estos profesores. También recogimos algunos “chismes de pasillo”, sobre los cuales algunos de ustedes han tenido la amabilidad de pronunciarse, para corregir, aclarar o respaldar. Gracias a todos los colaboradores.

En todo caso, en ProMedio los invitamos a ejercer su derecho “ucevista” del voto de la mejor manera posible: de una forma crítica, razonada, ponderando méritos y carencias y tratando de superar las lagunas de la desinformación y la polarización, así como los velos mediáticos que, muchas veces, se imponen sobre la sensatez y el discernimiento, valores de extrema necesidad en la coyuntura que nos atañe, porque –hay que decirlo- el discurso propagandístico de ambos candidatos está anclado en una difusa reivindicación de la autonomía y la democracia, lo cual dice muy poco acerca de sus métodos y propuestas concretas.

Debido a la importancia histórica de los últimos años de la vida nacional, la UCV tiene actualmente un compromiso que no puede ser eludido por ninguna autoridad; por eso esta elección es fundamental. También en la medida en que el ganador deberá hacer frente a los intentos del gobierno nacional por modificar el sistema de ingreso a las universidades y abrirle “al pueblo” (¿no somos todos “pueblo”?) las puertas de la educación superior.

Si bien creemos necesaria una real transformación de la UCV como institución, en temas como la reforma y actualización de pensa, la situación contractual de los profesores, la optimización en la producción y utilización del conocimiento científico y académico, creemos que estos cambios deben venir desde adentro, fruto de un gran consenso de la comunidad académica, sin estar signados por matices sectarios, consideraciones políticas e ideológicas coyunturales.

Lo más importante que debemos defender es el libre debate y el disenso dentro de la interacción dialógica, alma y razón de la academia. Perder –o dejarlos perder, da igual- esos valores constituiría el fin de la universidad como casa de estudios e instancia clave para el desarrollo nacional.

Sin ánimos de fomentar rumores en torno a los candidatos, vale advertir la ausencia de Jorge Pabón en uno de los debates más importantes de los que se llevaron a cabo, lo que impidió un cara a cara entre los que hoy son opciones de la segunda vuelta. Nos preocupa porque consideramos que esas han sido oportunidades únicas para confrontar dos propuestas que discursivamente parecen muy similares. Cabe destacar que, por otra parte, la propaganda del decano Pabón tiene que ver con la defensa de la autonomía a través de las leyes, y desde aquí nos preguntamos si realmente es a través de la ley que se defiende la autonomía, como si el valor de la autonomía fuera reductible al de un artículo o un decreto. Nosotros, en ese sentido, no creemos mucho en la deificación de las leyes y asimismo que la autonomía se defiende ejerciéndola, fundamentalmente mediante de la libertad académica, de la producción y divulgación de conocimiento útil para el desarrollo social. Y sobre todo ejerciendo la vigilancia de su cumplimiento y evitando su uso para justificar atrocidades, es nuestro deber y derecho como miembros de la comunidad universitaria.

Asimismo, el despliegue mediático utilizado por García Arocha, la favorita con base en los resultados de la primera ronda, y el apoyo expreso a su candidatura por parte de organizaciones políticas de oposición al gobierno, no son cosas que nos tranquilizan, porque a sabiendas del pensamiento crítico que debe caracterizar a la UCV, tampoco creemos prudente que la universidad sea sólo una pieza más en la lucha política que mantienen los factores que adversan al gobierno nacional. La Universidad puede ser eso, en la medida que abandere causas justas y legítimas, pero también debe ser mucho más.

Se nos ocurre que las circunstancias demandan una Universidad verdaderamente autónoma de cualquiera de los polos en pugna, capaz de transformarse a sí misma y consolidarse como herramienta para el diálogo y la estabilidad nacional. Creemos que la Universidad y el Estado tienen que negociar, independientemente de los humores de rectores y gobernantes.

Por otra parte, llama la atención la publicidad que hace alusión al clamor público de una rectora mujer. Nosotros apoyamos las luchas reivindicativas de la mujer en la sociedad, pero no creemos que ese argumento sea suficiente para entregarle el voto. Nuestro llamado es a revisar sus trayectorias y propuestas, independientemente del sexo, lo cual percibimos como una postura verdaderamente igualitaria y no basada en la discriminación positiva. Si no creemos en la magia de las leyes, tampoco en la de los géneros. Nuestro llamado es a que la población vaya más allá de las consignas electorales y revise, seriamente, propuestas y trayectorias.

Creemos que las espontáneas protestas estudiantiles del año pasado jugaron un papel importante en la reivindicación de nuestros derechos políticos y civiles y la defensa de la democracia, más allá de que paulatinamente el “movimiento estudiantil” haya sido penetrado por los actores políticos tradicionales, ansiosos de mostrar, más que una nueva cara, una “cara lavada”. Ahora es el momento de involucrarse activamente en la construcción de lo público, con propuestas frescas que coadyuven a la creación de un país amplio, plural, próspero, democrático y signado por la justicia social.

Esta participación no se acaba el 16 de mayo. ¿Quiénes serán los contralores de la gestión del vencedor? ¿Sus compañeros de plancha? ¿El Poder Ejecutivo? Deberíamos ser nosotros, los estudiantes y demás miembros de la comunidad universitaria. En cualquier caso, la elección ahora está en nuestras manos.

mayo 06, 2008

Finalmente, elecciones... de autoridades.

Bien gente de ProMedio. Luego de varias trabas técnicas y otras no tan técnicas, les tenemos finalmente el post prometido sobre las elecciones que se avecinan en nuestro querido recinto universitario.
En esta oportunidad, les vamos a hacer una breve reseña sobre quién es quién es las candidaturas al Rectorado de la UCV y al final, el audio completo y sin editar de las entrevistas que le hicimos a los candidatos a Director por nuestra Escuela de Comunicación Social.
En el portal de la Facultad de Humanidades hicieron este año un excelente trabajo acerca de los candidatos que se disputan los diferentes cargos que se van a elegir este viernes 9 de mayo. Pueden entrar allí para informarse de manera detallada al respecto.
Por nuestra parte, pudimos averiguar lo siguiente:
Cecilia García Arocha es la candidata al rectorado por la plancha "Gestión, diálogo y autonomía" apoyada por 100% estudiantes. Es odontóloga y actual Secretaria de la UCV. Cómo buena apadrinada de 100%, es la más mediática de todos los candidatos. Ha salido en cuanto diario y noticiero televisivo existe y la presentación de su "programa de gobierno" fue todo un espectáculo. Hasta en Facebook podemos encontrar un grupo dedicado a su candidatura. Hay rumores, que no pudimos confirmar, de que es apoyada además por Pie54 de Derecho, organización estudiantil donde el compañero Héctor Rodríguez milita. Sus detractores le acusan de estar implicada en hechos de corrupción en su actual función, incluso afirman que posee un expediente abierto por estos hechos, pero no es una información que hayamos confirmado.
Jorge Pabón es el otro candidato fuerte al Rectorado. Su plancha se denomina "Alma Mater" y de parte de los estudiantes tiene el apoyo de Gestión, ExE y Somos uno. Actualmente se desempeña como Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la UCV. Pabón también es algo mediático, aunque no tanto como su contraparte García. Sus detractores le acusan de tener un doble discurso, apoyando causas como la Autonomía pero recibiendo apoyo de sectores afines al gobierno. Sin embargo, también son rumores que no pudimos confirmar.
Eleazar Narváez es el candidato de Humanidades por la plancha "Unidos por la Autonomía". Al igual que los dos anteriores, forma parte de las candidaturas de oposición y del ala que defiende la Autonomía Universitaria. Sus detractores le critican el poco arraigo que tiene en la comunidad ucevista y de conformarse con el apoyo que Humanidades le brinda. Actualmente es vicerrector acdémico de la UCV y también tiene Facebook, aunque su mayor exposición mediática tuvo lugar en los pasados hechos de la Escuela de Trabajo Social, cuando estaba asumiendo el rectorado en ausencia de Antonio París y donde tuvo un papel poco menos que decepcionante.
El último de la lista es Lenín Molina apoyado por la plancha "Proyecto socialista universitario", que como su nombre lo indica, está apoyado por los sectores afines al gobierno. No obtuvimos mayor información de este candidato, y es de hecho, el menos mediático de todo el grupo. Aparentemente estuvo dictando cátedra un tiempo en la ECS, pero no lo pudimos confirmar.
Los candidatos a la Dirección de nuestra querida ECS son nada más y nada menos que los profesores Alejandro Terenzani y Miguel Ángel Latouche. Ambos gozan de alta reputación en la Escuela y se anotan apoyos de parte de 100% Comunicadores para Terenzani y un ala de Diversidad, mientras que Gestión y otra parte de Diversidad apoyan a Latouche.
Fuera de estos apoyos políticos, lo más importante es saber de boca de los protaginistas cuales son sus deseos, inquietudes y objetivos para con la ECS. Es por ello que les hemos traído las entrevistas que reciéntemente les hemos hecho y dónde, como ya es costumbre, les aplicamos un cuestionario único a ambos candidatos y posteamos el resultado sin ningún tipo de corte o edición. Disfrútenlas.






















Las elecciones de las autoridades son este viernes 9 de mayo. Las elecciones a Director son convocadas luego por la vía de la consulta por parte del Decano ganador. Desde ProMedio les invitamos a hacer valer su 25% de voto y asumir la responsabilidad que conlleva el ser miembro de la Comunidad universitaria ucevista.