diciembre 30, 2008

Inteligencia de verdad, ignorancia de mentira

La inteligencia de la calle es la apuesta a la que más se le puede confiar el futuro en estos momentos. La inteligencia de la calle recibe neveras y licuadoras pero vota en contra de ellas. Escucha pacientemente los innumerables e interminables discursos, o simplemente los apaga porque ya sabe lo que va a escuchar. La inteligencia de la calle conoce sus derechos, ve como los violan, pero sabe que tarde o temprano la justicia se impondrá. La inteligencia de la calle ve como su voto se esfuma entre dos polos, pero en algunas ocasiones se arrima a uno u otro porque sabe golpear donde duele.

La inteligencia de la calle se consigue en todos lados, puede ser que esté a bordo de una moto, trabajando todo el día, y en una de esas le pides una carrerita al CCCT y te dice: “Este Presidente sí es fastidioso, ya salimos de unas elecciones y se pone otra vez y que en campaña, y la gente gafa que se pone a pararle. Igualito ese referéndum va y le vamos a decir que no, lo que hay que hacer ahorita es celebrar la navidad”.

Pero existe también la ignorancia de las masas, esa que sale en Globovisión vestida de azul con la cara enrojecida de cólera tratando de “convencer” a alguien -que está ya de su lado -de la inconstitucionalidad de tal o cual capricho presidencial. Otras veces se viste de rojo y mira de lejos como pintan la fachada de la Alcaldía Mayor de consignas y groserías y solo atina a decir: “¡Qué feo dejaron eso! Pero no importa, mañana mi Presidente dice que fueron unos escuálidos disfrazados y listo”.

Lo bueno de todo es que uno se topa cada vez más con la inteligencia callejera que con la ignorancia masiva, y es fácil saber por qué: una está en la calle y la otra está en la televisión. Una respira aire puro, la otra está contaminada de rayos catódicos. Una llora frente al ataúd de su ser querido asesinado, mientras la otra lo filma o lo niega colocando en su lugar una “Venezuela de verdad”. Una vive, la otra existe de manera artificial. Una ejerce sus derechos ciudadanos, la otra libra consecuentes “batallas” politiqueras y mediáticas.

Ya se escuchan a lo lejos trompetas de guerra, ya se empiezan a armar comandos de campaña. Los tiempos en televisión y los centímetros de prensa se pierden entre el odio y la revancha. La inteligencia callejera no huye de esto, al contrario, lo asume como parte de la vida, pero sonríe porque sabe que el turno no es ahorita. Cierra la página del periódico, le da un beso a sus hijos y pone música, porque es navidad, porque sabe que hace unas semanas atrás golpeó con fuerza y que pronto volverá a golpear. Una enmienda no le quita el sueño, porque sabe que al final, la palabra es suya, sea en 2009 o en 2012.

Mientras tanto, la ignorancia masiva aplaude ante el televisor cuando escucha que el Gobierno central traspasa hospitales, canales de TV y escuelas a sus dominios. O grita desaforada ante la pantalla cuando encadenan la señal por quinta vez en el día. Algunos descansan sus ojos para acudir a los encuentros con su líder, perdidos entre otros miembros de la masa mirando embobados a la tarima en lo alto una sombra de guayabera roja, alterada, insultando a diestra y siniestra, luego llega a su casa a verse de nuevo ante el “mago de la cara de vidrio”, y sólo entonces saber que sí fue verdad que estuvo allí.

La inteligencia callejera sabe que no necesita pedir permiso a nadie para descansar, sabe que debe tarde o temprano acudir a la cita, pero mientras tanto, compra regalos, decora su casa, habla a los niños del amor de estas fechas, de lo especial de diciembre, escucha gaitas, canta aguinaldos y deja de lado todo sentimiento negativo. Se concentra en vivir y no en sobrevivir. No se preocupa, se ocupa. No se enceguece, abre más los ojos. No obedece todo lo que le ordenan, se cuestiona y guarda su respuesta para el momento preciso, sea esta SÍ o NO.

¡Feliz año nuevo 2009!

Nota: Las frases entrecomilladas son reales.

PD: Nosotros nos preguntamos, ¿qué va a pasar con la propuesta de enmienda si pierde en febrero? ¿Acudirán ahora sí, al “pueblo” para insistir con lo mismo? ¿De no ser aprobada la enmienda “el soberano” solicitará una asamblea constituyente como ultimo recurso? ¿Está preparado el PSUV para seguir con su revolución sin Chávez en la presidencia?

¿Qué va a pasar después de las elecciones parlamentarias? ¿Qué van a hacer los diputados que convirtieron la AN en un apéndice del PSUV cuando tengan menos mayoría, cuidado si no, cuando se vean reducidos en su poder dentro del Parlamento?
¿Qué va a pasar dentro del PSUV en los días previos a las elecciones presidenciales?

¿Qué otras oportunidades perderá la oposición cuando se vean atragantados con las brechas que el destino les está abriendo? ¿Seguirán tratando de mantener pegada con cinta adhesiva la mentada “unidad”? ¿Cuántas máscaras se caerán desde aquí hasta el 2012? ¿Cuáles “líderes” se verán beneficiados de la situación? ¿Cuánto subirá la inflación mientras tanto? ¿Cuántos asesinatos habrá? ¿Cuántos secuestros se consumarán?

diciembre 24, 2008

Haciendo "estatus"

Hace tiempo que la cordura abandonó a la política nacional. Unos y otros la echan de sus filas y adoptan en su lugar los caminos y las formas más ilógicas y lo más alejadas posible de la unión, la paz y la tranquilidad.

¿Diálogo? Esa palabra dejó de existir en el diccionario político venezolano, al igual que las palabras tolerancia, mediación, negociación.

La “revolución” en la que muchos confiamos solo se convirtió en un mecanismo de venganza de aquellas fuerzas de izquierda que se vieron disminuidas en la Cuarta República. Solo eso. La “revolución” se ha concentrado en estos diez años en tomar políticamente cuanta institución democrática existiera, cambio
de nombre y teñido de rojo previo , para no permitir ningún tipo de oposición ni disidencia.

Los resultados de la pasada jornada electoral convirtieron de alguna forma los equilibrios de poder en el país a nivel regional. Esta vez la oposición ha asumido una postura de diálogo y de llamado al trabajo en conjunto, quizás porque no les quedaba más remedio que hacerlo así. Pero el gobierno central y los "factores oficialistas", en lugar de aprovechar esta oportunidad única de llevar bienestar a las regiones, simplemente dejaron que lo político
(y lo egoísta) privara sobre la voluntad electoral y desconocieron resultados algunos, o sabotearon los otros.

Los más radicales anunciaron a vivas voces su desafío a las nuevas autoridades: “Que no se le ocurra pisar el 23 de enero” gritaron los cuatro pelagatos que integran la banda de “La Piedrita” sin siquiera preguntar a la mayoría de la gente que vive en este sector si están de acuerdo con eso, ¿para qué? Ellos tienen el control de la zona, las armas y la actitud de solucionar todo por la vía violenta.

Otros delincuentes disfrazados de funcionarios públicos se encargaron de saquear las sedes de los gobiernos locales ahora en manos del “bando” contrario. Muebles, cuadros, papeles, documentos, hasta las mascotas de las casas de gobierno desaparecieron.

Y los que detentan el poder, en lugar de establecer medidas que den ejemplo de tolerancia y de la paz que todos deseamos, se encargan de oficializar las labores de saboteo con el traspaso de los servicios municipales y estatales a manos del gobierno central: Salud, educación, medios de comunicación, etc. Quizás con temores ciertos, o no.

Pero tampoco es que ellos, los que sí mantuvieron el poder como el nuevo Alcalde de Libertador, se pusieron los pantalones para comenzar a recoger la basura que le heredó la gestión anterior, sino que acudió al llamado del Gran Líder para comandar una campaña trasnochada para una propuesta de enmienda que busca solucionar el problema de liderazgo que puertas adentro posee el PSUV. ¿Caracas llena de Basura? No importa, lo que importa es recoger firmas para darle un poquito de toque de pueblo al mandato que recayó en la Asamblea unipensadora.

Y nuevamente caemos como tontos en la estrategia comunicacional del Gobierno, esa que tapa noticias de maletines de dólares con magnicidios y golpes y que ahora desvía la atención del saboteo a un tema estéril: la enmienda.

Los nuevos Alcaldes y Gobernadores no-chavistas, hasta ahora han actuado de manera inteligente. No han caído en la actitud llorona de otrora, ni tampoco en el contraataque desesperado. Han soportado más bien el chaparrón estoicamente y han comenzado a trabajar con las herramientas que le quedan a mano. Ledezma llamó a los alcaldes del área metropolitana a trabajar en la seguridad (con la ausencia del “municipio más seguro: Libertador”), Ocariz recogió la basura en Petare y empezó a reunirse con los consejos comunales de la zona para trabajar en conjunto. Capriles… bueno, solicitó una primera dama. La cuestión es que no se han dejado distraer y finalmente entienden que la única forma de hacer las cosas es de la mano con los que sí desean una transformación, con los que sí están dispuestos a trabajar, con los que finalmente son los verdaderos interesados en que las cosas sean como deben ser: la gente.

Por su parte, Chavez anuncia que quiere “tender puentes” a la oposición, pero del dicho al hecho solo deja más saboteos y ataques. No envía el dinero completo al Zulia y quiere meter preso al nuevo alcalde de Maracaibo. Insulta a Ledezma, advierte y amenaza. Las asambleas legislativas con mayoría oficial retrasan las juramentaciones de Carabobo y Táchira. El PSUV ordena a PDVSA que no envíe más gasolina a esta última con toda la intención de desesperar a sus habitantes y luego anunciar que ellos serán “de ahora en adelante” los intermediarios ante PDVSA… esto es real, no es un cuento de terror. Y otros tantos, los menos, los más rasos, los más malandros, golpean a los estudiantes de manos blancas que pisan la Plaza Bolívar.

¿Qué podemos hacer? Tú, que formas parte de un Consejo Comunal y que realmente quieres lo mejor para tu comunidad, ponte en contacto con tu nuevo alcalde, sugiérele, exígele y si no cumple, denúncialo, protéstale, pero no lo hagas solo porque el dirigente rojo rojito de tu barrio te pidió que lo hicieras. Esto solo va a provocar el odio de tus vecinos y que tu calle siga con huecos, con basura y con más malandros asaltándote las noches de quincena antes de llegar a tu casa. Reflexiona, ¿qué hiciste después de las elecciones? ¿Trabajaste por tu comunidad o por el partido?

Tú, que solo conoces la realidad que te muestra VTV y Globovisión, sal a la calle, respírala, vívela y pregúntale a ese vecino, a ese tío chavista (o anti chavista) por qué está convencido de su posición. Infórmate, entiéndelo y aprende que la realidad de la calle es la que en verdad mueve a este país. Deja el odio a un lado, porque ese odio no te pertenece. Deja de creer que las causas de los problemas están afuera, las causas y más importante aún, las soluciones, están en tí, en tu actitud ante los problemas de tu cuadra y en cómo respondes a lo que te rodea. Deja de ver la paja del ojo de tu vecino y empieza de una vez por todas a trabajar en la enorme viga que tienes en el tuyo. ¿Revolución? Ninguna revolución funciona si no empiezas tú mismo a hacerla, y no creemos por acá que el partidismo, el totalitarismo y el personalismo sean algo muy revolucionario en este país.

Tú y esa persona que no comparte tu afiliación política tienen algo en común que pesa por sobre cualquier color partidista: el amor a esta patria llamada Venezuela.

noviembre 27, 2008

"Post"-electoral II: Ganar puede ser perder, y viceversa.

No tardan en saltar a la palestra aquellos a quienes la confrontación les nutre sus más egoístas intenciones. No falta quién esté celebrando que “vamos a tumbar a Chávez, ahora sí”, en lugar de celebrar que ahora tenemos mayor equilibrio de poder.

No tardan en endilgarle atributos increíbles a Ledezma o a Rosales, cuando sus gestiones están llenas de trazos oscuros y de malos recuerdos para los que vivimos sus gobiernos anteriores. No tardan en negar que, quitándole la camisa roja rojita, Aristóbulo parecía, incluso, mejor opción para el área metropolitana.

Una cosa es que haya ganado la oposición, y otra diferente es que haya ganado el antichavismo. Y es en esa diferencia sutil donde se encuentra todo el meollo del asunto.

No votamos por Antonio en Libertador por ser el mejor, sino porque era la única opción. No votamos en Maracaibo por Manuel por sus aciertos políticos, sino porque no había más remedio. Y así sucedió en la mayoría de los lugares donde triunfó la oposición. Solo Chacao tuvo una verdadera gama de opciones para elegir, allí sí se hizo democracia de verdad.

Lo importante, en todo caso, es que podemos ver en los discursos de triunfo un ánimo para dejar las peleas atrás y empezar a trabajar por el colectivo, verdadera razón de hacer política. Pero no la van a tener fácil.

La revolución solo tiene un pensamiento, una sola directriz y una única manera de acción, y no vacila con medias tintas. Nos toca ejercer contraloría social sobre gobierno y oposición, según corresponda en cada región, para que ni unos pisoteen a los otros ni los otros pongan trabas a los unos.

Libertador particularmente queda aislado. Apoyado, pero solo. Todas las alcaldías del área metropolitana que le rodean son ahora terrenos contrarios, incluyendo la Mayor. Parece que le va a tocar a Jorge agachar un poco la cabeza y negociar la mancomunidad de la Capital, que es una sola porque son iguales sus grandes problemas, e iguales deben ser sus soluciones.

Esperemos que este nuevo empuje de la oposición política los lleve por el camino de la recuperación de espacios con base en el trabajo y no en base a los juegos de poder. Esperemos que el equilibrio obtenido ayude a impulsar planes de desarrollo consensuados y no a la práctica golpista. Esperemos que nuestra clase política se dedique de una vez por todas a gobernar. Ya basta.

Queremos que el camión de la basura pase periódicamente por nuestra calle y no que solo se presente una vez a la semana en el negocio de la cuadra porque el dueño “le da una vainita” para que se lleve sus desechos. Queremos que la policía local nos cuide y no nos matraquee. Queremos que los buhoneros no vuelvan a cundir los espacios libres de nuestra ciudad. Queremos que la limpieza sea un lugar común. Queremos que, si el tema es impulsar el poder popular, el mismo sea inculcado desde lo más profundo y no se quede en el manejo de unos pocos “líderes comunitarios” que solo lo usan para beneficio propio. Queremos que impere el diálogo y no la pseudo-participación de unas cuantas franelas unicolores para decidir lo que le conviene o no al barrio.

Eso queremos señores Gobernadores, eso queremos señores Alcaldes. A recogerse las mangas, porque tienen trabajo.

noviembre 10, 2008

Indepabis ¿por una nueva cultura de servicio?

Nuestra compañera Nayarí Rossi nos ha enviado un texto a promedio.ecs@gmail.com que con mucho gusto le hemos publicado. Anímate y manda el tuyo, porque todos tenemos algo qué decir.
Indepabis ¿por una nueva cultura de servicio?

Érase una vez un país en donde, habiendo un control de cambio inquisidor capaz de condenar al más imbécil que vendió sus miserables 5 mil dólares, hubo un día en que un gordito bonachón con apellido italiano salió del país con identificación oficial y una maletita con nada más y nada menos que 800 mil dólares, las malas lenguas dicen que habían más “valijas” de estas en el avión.

En ese mismo país existe una recién nacionalizada compañía de electricidad que es víctima de “eventos inesperados” –así me dijeron cuando llamé a reclamar- estos eventos son apagones que duran 15 horas o más y, en los lugares menos favorecidos, hay una cosa que llaman “racionamientos eléctricos” (¿en pleno siglo XXI?).

No todo es tan malo. En ese país (mi país, tú país) hay un maravilloso lugar que se llamaba Indecu pero que, como quiera que sea la moda es cambiarle los nombres a todo, ahora se llama Indepabis (Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios).

Una vez llamé porque, claro, yo me comí el cuento ese de “joven emprendedora” y me dije a mi misma: mira tú, chica, pero si esta idea capaz y es una buena idea y ¿por qué no?, vamos a echarle pierna, vamos a endeudarnos con todo el mundo, hay que tener fe, hay que creer que uno puede ser capaz de mucho más… y un larguísimo bla bla. Así que, junto con mi familia, creé lo que llaman una microempresa, realmente muy micro: su escueto capital y su numeroso equipo de tres personas así lo comprueban. A pesar de mi apellido yo no pertenezco a esa clase social (casi de ficción por estos días) de “los hijos de papi y mami con mucha plata como para tener más oportunidades”.

Vuelvo al cuento, el caso es que sí, hicimos la empresa y sacamos el primer producto. Se nos ocurrió hacer un concurso y pensamos: bueno, si no la vamos a cobrar nada nadita de nada a los usuarios, es decir, no hay probabilidades de engañarlos o estafarlos, es decir, ¿habrá que notificarlo al Indepabis? Sí, hay que notificarlo al Indepabis.

Entonces llamé y pregunté qué tenía que hacer. Me dijeron, haciendo alarde de la delicada buena educación que distingue a (casi todos) los funcionarios públicos: ay mi amor, métete en la página que ahí te dicen todo.

Para hacer el cuento corto, el caso es que después de dos cartas por fin aprobaron la promoción. Pero, no todo es perfecto, llamo con toda mi ingenuidad para verificar que estoy haciendo las cosas bien –es que dentro de mis características está esa rareza que llaman honestidad- y me entero de que cometí un error que, tal como me dijo la funcionaria anónima que me atendió “ese es problema tuyo si tú tomaste eso a libre interpretación”. A continuación relataré el episodio:

Yo: (explico la situación brevemente y finalizo en tono de pregunta) ¿puedo anunciar la promoción en estos días?

Funcionaria: no

Yo: (pensando: bueno, y esta señora por qué no me explica ¿por qué no?) ¿cómo qué no?

Funcionaria: mira a mí no me grites, no puedes poner tu promoción en tu “wersai” (traducción de web site. Ok, no me importa que no tengas conocimientos básicos de inglés, pero por tu bien, si no dominas un idioma NO LO HABLES, puedes decirlo en español)

Yo: no le estoy gritando, sólo quiero que me explique

Luego de este episodio en el que mi pequeño Hulk crecía, intenté mediar con la señora para que llegáramos a una solución. Ella bajó el tono de su voz pero seguía arriba, en el trono que le da el pequeño espacio de poder que tiene. En un momento de la conversación me dijo: “nosotros estamos aquí para defender a los consumidores y no a los privados como tú”, esta frase la repitió dos veces y yo, impotente, sólo pensaba en lo irónico de esa frase.

Y es eso lo que me molesta:

1.- Tú, funcionaria del Indepabis cuyo sueldo te lo pagamos los “privados como yo” me estás prestando un servicio a mi en el Instituto para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios. ¿Se entiende la ironía?

2.- ¿Defender a los consumidores? ¿cuántas acciones legales han emprendido en tu institución para defenderme a mi de los abusos de una compañía de electricidad ineficiente? ¿cuántas acciones legales has emprendido en contra del enorme engranaje de instituciones oficiales que están metidas en el caso Antonini/valija/800mil dólares, y que, no se ustedes, pero a mí me indigna que yo esté escatimando mi plata porque todo está muy caro simplemente porque-todo-es-importado?

3.- (y muy importante) ¿Alguien ha visto al Indepabis abogando por los usuarias y usuarios de los hospitales? Te puedo echar un cuentico… y, ojo, que luego no digan que uno no se queja, porque yo sí me quejo y de sobra.

Y la mayor de las ironías es que cuando llamas a esta institución hay una grabadora que dice: … Indecu (si, si, no han cambiado la grabadora) por una nueva cultura de servicio…

Nayari Rossi Romero

octubre 28, 2008

Cuestión de Cultura

Estamos convencidos de que la comprensión de la situación actual del país no puede ser posible sin reconocer que mucho tenemos que ver en ello, y que definitivamente no es de gratis lo que estamos viviendo. Nuestros problemas no están atados a la figura de un Presidente de la República, ni a algún personaje de la dirigencia opositora, ni a un escándalo de corrupción, ni a la caída de los precios del petróleo. De hecho, nuestros problemas tienen raíces más hondas y si eso no se comprende, entonces cualquier intento de "cambio" es inútil. Dicho de otro modo ¿para qué cambiar si ni siquiera sabemos qué o quiénes somos?

Si acudimos a la antropología, tal vez encontremos algunas respuestas. El profesor Samuel Hurtado, por ejemplo, sostiene que la nuestra es una "sociedad recolectora" y "matrisocial", es decir, acostumbrada a los beneficios inmediatos de la sobreprotección materna y, en consecuencia, a recoger lo que no se siembra, lo cual termina siendo tierra fértil para el populismo, la pobreza y el abandono.

En Venezuela, según Hurtado, casi nadie escapa del populismo –porque nadie escapa de la cultura-. Ricos o pobres, todos estamos a la expectativa de los recursos del Estado (sus políticas, sus aumentos, sus contrataciones), esperando siempre la cuota (o la migaja) que nos corresponde.

En el fondo de nuestra estructura está el culto al obsequio. No nos ganamos las cosas, nos las regalan y así son recibidas sin exigir mucho más. En el fondo de nuestra cultura está el hecho de conformarse con el bono de una misión. El pueblo cede su soberanía con tal de que sea obsequiado de vez en cuando. De modo que un "beneficio" (obsequio) oportuno será suficiente para apoyar a un funcionario generoso, y votar por él para obtener más obsequios. Sin comprender que dicho funcionario está cumpliendo con un deber que se le otorga en el momento en que es elegido, directa o indirectamente, y que su "generosidad" no es razón para brindarle admiración y apoyo incondicional.

El hecho de que un ciudadano vea las deficiencias de su entorno, sin inmutarse no tiene otra explicación que cultural. La indolencia es una constante porque Venezuela es la tierra donde pocas cosas duelen, debido a que pocas cosas cuestan. Eso permite que la gente se maraville, por ejemplo, con un módulo de Barrio Adentro que no funciona, y no gire su vista hacia las carencias del Clínico, del periférico de Catia, del de Coche o más aún, de las condiciones de un Hospital Vargas o del Llanito. Permite incluso que la gente no se de cuenta del abuso grosero y cínico que supone el despilfarro de recursos públicos en beneficio de una campaña desigual a favor de los candidatos apoyados por uno u otro detentor del poder. Permite que no sintamos vergüenza del circo en el que nos hemos convertido y al contrario, aplaudamos las payasadas de nuestros "líderes" y les creemos todo, incluso que nos digan que los apagones son un saboteo "golpista", cuando más temprano nos dijeron que había sido culpa del gobierno anterior... anterior a 1998, claro está. No hay vergüenza porque no hay dolor. Somos corruptos, desde muy adentro y desde muy temprano. No nos avergonzamos de eso porque nosotros también cruzamos por el medio de la calle, sobornamos policías, nos coleamos donde podamos, empujamos a la gente en el Metro y estudiamos para pasar los exámenes, porque diez es nota...

En Venezuela podemos calarnos –quizá algunos con un poco de indignación- que los jefes nos obliguen a marchar uniformados, sin preguntar nada antes. Podemos quedarnos callados cuando los más "comprometidos" nos pasan por encima y escalan peldaños con rapidez. En Venezuela podemos soportar que el presidente diga que no mataría a nadie "ni siquiera a un escuálido", o que humille a discreción a sus aliados incondicionales simplemente porque ya no le son útiles ni incondicionales. Esta cultura permite a esos ex-tontos útiles a asumir posturas críticas tardías, que sólo salen a flote cuando les duele la sonora y muy mediática patada por el trasero. Esta situación que nos convierte a todos también en "tontos útiles" para aquellos quienes, siendo menos tontos y menos útiles, "dirigen los destinos de la nación" o, mejor dicho, saquean –o reparten, da igual- los recursos de la misma ¡Es que ni siquiera nos inmutamos cuando nos dicen en televisión abierta que aquellos estados donde no gane el candidato de gobierno, no llegarán recursos!

En esta tierra de gracia, podemos soportar, apenas con una sutil repugnancia, la riña entre presuntos dirigentes de la oposición por obtener un espacio para saquear –quizás repartir- recursos. Todo por ganar. Lo que siga será siempre menos importante que ganar elecciones. Con la excusa de "salir de Chávez" podemos aplaudir discursos intolerantes, podemos emitir pre-juicios en foros de páginas de noticias y pretender ser respetados al irrepestar a los demás. Incluso dejamos que un dueño de un canal de televisión influya de manera abierta sobre la designación de un candidato o que nos cuelen a un muchachito con muy poco curriculum académico y/o político como candidato para gobernar la Alcaldía más importante de la capital.

Toleramos perfectamente –porque confundimos tolerancia con permisividad- que La Hojilla y Los Papeles de Mandinga sean los principales programas de la televisión del Estado. Los toleramos, porque incluso los vemos y disfrutamos morbosamente las grabaciones de las conversaciones de personajes públicos sin cuestionar, no solo éticamente sino también legalmente el material de estos programas. También confundimos compromiso con complicidad y nos hacemos cómplices de los caprichos de uno u otro líder. Somos capaces de adular, jurando que somos los más rebeldes del planeta. Hace rato olvidamos que ser revolucionario no significa vestirse de rojo sino hacerlo como se te venga en gana.

Nuestra forma de ser nos hace ir de un extremo a otro sin pasearnos por los puntos medios. Pero también hace que veamos muchas cosas buenas y obviemos las malas. Hace, incluso, que adoptemos tonos conciliadores que sacrifiquen la dignidad.

¿Culpables? No hay. Somos así, estructuralmente coyunturales, y ahí no caben responsabilidades éticas, ni cátedras de moral y buenas costumbres. Total, nada duele, nada importa ¿Nos importará el próximo 23 de noviembre?

agosto 03, 2008

Inhabilitaciones: entre estructuras y coyunturas

Hablar de las inhabilitaciones sin llover sobre mojado no es cosa fácil, pero procuraremos hacerlo. A simple vista pareciera una maniobra política para sacar del camino a algunos líderes de la oposición con posibilidades de triunfo en las venideras elecciones regionales, como son los casos particulares de Enrique Mendoza, Barreto Sira, David Uzcátegui, William Méndez y Leopoldo López. Desde aquí creemos que se trata de una situación confusa que está siendo aprovechada y dominada por el poder público, con todo el peso de la maquinaria que lo sostiene. Fueron 371 y recientemente se “depuró” para reducir a 271 la lista de inhabilitados del Contralor de la República, Clodosbaldo Russián, pero cada caso es diferente y por eso nos concentraremos, por los momentos, en uno de los más emblemáticos de la situación: Leopoldo López. Sin olvidar, no obstante, que algunos funcionarios inhabilitados son del oficialismo, como el caso de Maripili Hernández quien ejerció el cargo de Viceministra de Relaciones Exteriores y fue inhabilitada por tres años.

De acuerdo con la Ley contra la Corrupción existen varios tipos de sanciones para los funcionarios públicos que cometan o estén involucrados en hechos de corrupción, es decir, ilícitos que lesionen el patrimonio público. Estas sanciones pueden ir desde la suspensión de sueldo hasta la prisión. La inhabilitación es un tipo de sanción mediante la cual el funcionario queda incapacitado para ejercer cargos dentro de la administración pública. En el caso de Leopoldo López, la inhabilitación tiene, según el Contralor, dos razones.

Los hechos

El primer hecho en el caso de Leopoldo López -señalado en Gaceta Oficial número 38.455 (09 de junio de 2006)- no se relaciona con ninguna de sus gestiones como alcalde de Chacao, sino con un hecho anterior que data del año 1998.

En 1996 Leopoldo López comenzó a laborar en Pdvsa como Analista de Entorno Nacional en la Oficina del Economista Jefe, y en la misma compañía trabajaba Antonieta Mendoza, madre del actual alcalde, como Gerente de Asuntos Públicos. El caso irregular que señala el Contralor Russián es que en 1998, por intervención de la madre, Pdvsa dio un donativo de 60 millones de bolívares y otro de 25 millones para dos proyectos de la Asociación Civil Primero Justicia, de cuya directiva formaba parte López. La irregularidad, según gaceta, viene dada por dos aspectos: por un lado, parentesco directo de consanguinidad con la persona encargada de la asignación de recursos y, por otro, conflicto de intereses por cuanto el ciudadano como funcionario de Pdvsa, sacó provecho personal de la empresa estatal. El ilícito, a nuestro entender, no es la donación en sí misma sino la consanguinidad y la parcialidad.

Con respecto a esta irregularidad, López sólo ha dicho que sí trabajaba en Pdvsa, pero que su grupo (Primero Justicia) presentó un proyecto como cualquier otro grupo. Creemos que hay que decir que el beneficio lo recibió la persona jurídica y no la persona natural. Pero lo curioso es que no es sino en el año 2004 –justo cuando López termina su primera gestión en Chacao y comienza la segunda- cuando la Contraloría decide tomar cartas en el asunto, inhabilitándolo a él y a su madre en octubre de ese año. Los afectados introducen un recurso de nulidad un mes después y en 2006 es declarado “sin lugar”, ratificándose la sanción para ambos: inhabilitación por tres años para desempeñar cualquier cargo público.

El segundo hecho que se le imputa a López es la de unas modificaciones presupuestarias realizadas durante el ejercicio fiscal del 2002 de la Alcaldía de Chacao, cuestión que generó responsabilidades sobre el alcalde y cuatro concejales del Municipio, asignándoles una multa a cada uno de Bs. 8.140.000 en resolución dictada en noviembre de 2004 y reafirmada en marzo de 2005 por Contraloría. En agosto del mismo año, los funcionarios intentaron una acción de amparo y una medida de suspensión temporal del artículo 105 (previendo que Contraloría determinara inhabilitaciones) ante la Sala Político-Adminstrativa del TSJ, acciones que ésta consideró inadmisible e improcedente respectivamente (en sentencia del 08 de marzo de 2006, Exp nro 2005-5124). La improcedencia obedeció a que la situación ya era “irreparable”, puesto que los afectados habían actuado también ante la Contraloría solicitando la reconsideración del caso y la respuesta (en resolución de 09 de enero de 2006) no sólo fue “sin lugar” sino que conllevó el aditivo de la sanción de inhabilitación para el ejercicio de funciones públicas, por cuatro años para los Concejales y por seis años para el Alcalde, en virtud de haber sido declarados responsables en lo administrativo. De modo que sobre Leopoldo López pesan dos sanciones de inhabilitaciones que, en total suman, nueve años a partir del cese de sus funciones como alcalde.

Conflicto jurídico, personalismo y partidismo

El artículo 105 de la Ley Orgánica de Contraloría General sostiene que corresponde al Contralor General, “de manera exclusiva y excluyente” acordar las sanciones según el ilícito cometido, e imponer inhabilitaciones de funciones públicas hasta por un máximo de 15 años. Este es, precisamente, el artículo que el magistrado Rondón Haaz busca precisar en su ponencia ante la Sala Constitucional del TSJ, órgano que tendrá la última palabra sobre el caso.

La cuestión termina de enredarse ahora, justo en lo que pudiera ser el meollo del asunto: Leopoldo López goza de cierto liderazgo carismático y es aspirante a la Alcaldía Metropolitana. El punto está en que en ese caso la Constitución establece en su artículo 65 que “no podrán optar a cargo alguno de elección popular quienes hayan sido condenados o condenadas por delitos cometidos durante el ejercicio de sus funciones y otros que afecten el patrimonio público, dentro del tiempo que fije la ley, a partir del cumplimiento de la condena y de acuerdo con la gravedad del delito”. De acuerdo con lo cual las inhabilitaciones no podrían aplicarse a los cargos de elección popular si no existe condena de parte de un tribunal, y allí entraría en juego, además, el derecho de la ciudadanía a la libre elección de sus representante. El revuelo mediático y popular de esta situación no se ha hecho esperar y es consecuencia, entre otras cosas, de una manera particular de ver y entender la política que hunde sus raíces en el culto a la personalidad que nos dibuja, y en el caso de Leopoldo -similar al de Chávez- el culto a la personalidad-celebridad (héroe). En dos platos, la causa y el agravante del problema podemos ubicarlos en el personalismo político. Para la oposición, López encarna la figura del héroe ante el antihéroe, y del otro lado, además de antihéroe, es una presa que hay que atacar para, naturalmente, debilitar a la oposición. Esas cosas ocurren cuando el liderazgo se diluye alrededor de una persona que lo concentra. Dicho así, está planteada, subrepticiamente, una lucha de titanes. La inhabilitación de Leopoldo López es un duro golpe para la oposición, pero tal vez el gobierno debe medir (tal vez lo está haciendo) hasta qué punto es un triunfo inversamente proporcional a ese golpe.

Ahora bien, no es secreto que muchas instituciones públicas, como Ministerios y Alcaldías, han usado y siguen usando recursos presupuestarios con fines partidistas. En ProMedio no podemos defender esa actitud ni aceptarla como algo natural. Tampoco sentenciamos a Leopoldo López porque creemos que es el Tribunal Supremo de Justicia que sin condicionamientos de ningún tipo la institución que debe decidir sobre este caso, mientras cada ciudadano saca sus propias conclusiones. En cuanto a la Alcaldía de Chacao, la organización Transparencia Venezuela (filial de Transparency International), en su estudio del Índice de Transparencia Municipal en 2006 la clasificó en el primer lugar del país, con 71,16 puntos, tomando en cuenta auditorías en torno a las variables: 1) procedimientos y normas del presupuesto municipal, 2) control y rendición de cuentas, 3) acceso a la información, y 4) participación ciudadana. Como bien lo expresa la organización, sus metodologías no miden la corrupción, sino los niveles de transparencia de la gestión.

Ciertamente, parece haber ciertas contradicciones y vacíos entre la Constitución y algunas Leyes que regulan la materia de contraloría. Sin embargo, hay que señalar que no es primera vez que estas contradicciones son expuestas ante el Tribunal Supremo de Justicia. De marzo a julio del año 2005, la Sala Constitucional expidió tres sentencias relativas al tema: 174 (08-03-05 ), 1056 (31-05-05 ) y 1581 (27-07-05 ). En estas decisiones, el máximo tribunal ratifica la legalidad del artículo 105 de la ley de contraloría, así como de las inhabilitaciones en cargos de elección popular, pero subraya la condición de que, en esos casos, la sanción surte efecto a partir de la culminación del periodo para el cual fue electo el imputado, es decir, la inhabilitación de funcionarios electos popularmente es una sanción con repercusiones en el futuro, y no instantáneas (a menos que haya una sanción penal)

Leopoldo López ha tenido su audiencia ante la Sala Constitucional del TSJ luego de muchos días de retraso procesal. Ha ejercido su derecho de palabra, solicitado celeridad y apego a la Constitución (invocando artículos 2, 7, 40, 42, 65). Visto con frialdad parece improbable que el TSJ obre distinto a sus sentencias de 2005. Sin embargo, dada la publicidad del caso, la notoriedad del interesado y el clima político, las sorpresas coyunturales no son descartables. En definitiva, nada es tan predecible en este juego (¿guerra?) político(a) y pre-electoral.

Para reflexionar

Llama la atención los tiempos transcurridos entre los hechos, las determinaciones, los recursos y las ratificaciones. Creemos que todos han obrado lentamente y, de ambas partes, siempre en consideración de lo electoral, elemento crucial en nuestra vida pública. Nosotros no metemos las manos en el fuego por nadie, pero creemos que este caso es una nueva muestra de que nuestra política obedece a coyunturas, circunstancias, situaciones y nombres. Actualmente la contraloría social denuncia permanentemente delitos contra el patrimonio público, ¿se tomarán en cuenta seriamente esas denuncias? De igual modo, altos funcionarios del gobierno han sido acusados, incluso desde las mimas filas del sector oficial, de actos de corrupción y nada pasa contra ellos. Entonces quizá convenga reflexionar sobre la moralidad del gobierno bolivariano, o mejor no.

En específico, nos preocupan dos cosas puntuales que hacen un terrible daño a las sociedades democráticas: el problema de la coyuntura electoral y el de la credibilidad de las instituciones. Por un lado, nos molesta que los logros políticos de los dos casquetes polares (negados a derretirse), sean simplemente la obtención de trincheras electorales desde las cuales se pueda seguir disparando al enemigo. Y por otro lado, nos alarma que las instituciones públicas sean puestas al servicio de de particularidades políticas y, más aún, que los poderes públicos asuman parcialidades que no deben, o que ello se presuma. De hecho, consideramos que una de las bases de la polarización es, precisamente, la utilización de la maquinaría estatal para fines partidistas, pues debilita y fractura el entramado ético de una sociedad, cuestión difícil de reconstruir. Para nosotros, el solo hecho de que una parte de la ciudadanía desconfíe de las instituciones es un problema gravísimo que el Estado tiene que atender.

¿Jurisprudencia?

Finalmente, cabe destacar que las inhabilitaciones, tan de moda hoy en día, también fueron tema polémico en el pasado reciente, nada menos que con el actual presidente de la República, quien esgrimiendo el mismo articulo 65 de la Carta Magna, consiguió hacer uso de su derecho, y del de los electores, para participar en los comicios de 1998, cuando se acreditó la primera victoria electoral. Claro que la analogía no es completa porque aquel no fue un caso de corrupción. Entonces, ¿habría que preguntarle al gobierno qué distancia delictual media entre la corrupción y golpismo? En efecto, para el momento se evaluaba la posibilidad de inhabilitar al candidato Hugo Chávez por su actuación en el fallido golpe de Estado de 1992, y la entonces Corte Suprema de Justicia declaró que Chávez no podía ser inhabilitado, precisamente por la ausencia de una condena firme. ¿Será considerado esto como jurisprudencia para el caso de López? El TSJ nos contestará en las próximas horas...

julio 23, 2008

Mafalda y las elecciones de noviembre

Como nos ha ido tremendamente bien en este primer año, hemos tenido la oportunidad de contratar nuevo personal. Es así como dimos con la siempre amiga y muy crítica Mafalda, a quien enseguida reclutamos como reportera y le pautamos como primer trabajo unas pequeñas encuestas, entre sus amistades, acerca de la opinión de los mismos ante las venideras elecciones regionales de noviembre.

Esto fue lo que nos mandó (haz clic):

julio 10, 2008

Habemus Director…

Por Yimmi Castillo

A las 7:05 p.m. se cerraron las mesas de votación, y una vez selladas las cajas, los presentes subimos al aula C5 de la Escuela de Comunicación Social de la UCV.
El salón estaba abarrotado de gente, caras conocidas y desconocidas, “los tesistas vinieron a votar”, le solté en son de chiste a uno de los compañeros que tenía cerca. La Comisión electoral entró al salón, la profesora Mariela Torrealba explicó el procedimiento: “Contaremos las firmas, luego las boletas para verificar que coincidan y luego contaremos los votos”. La comisión señaló que comenzaría el proceso con los votos profesorales.
Como testigo por la Comisión electoral estaba nuestro compañero Ricardo Andrade dejando en alto el nombre de ProMedio, todo un honor, como se dice. Por parte de los candidatos, el profesor Antonio Nuñez atestiguó para Latouche y el profesor Orlando Luna hizo lo propio por Terenzani.
El conteo comenzó y los nervios arroparon el salón de clases. Podíamos ver en un extremo al profesor y candidato Miguel Ángel Latouche con un movimiento rítmico en su pierna izquierda que hacía coreografía con el ‘tic’ característico de su ojo derecho, elevado proporcionalmente a lo tenso de la situación. Del otro extremo, el candidato Alejandro Terenzani con los brazos cruzados, como queriendo atrapar los nervios, no quitaba la vista del pizarrón donde las pequeñas barras de a cinco votos iban destapando la incógnita sobre quién sería el ganador. Otros profesores como Andrea Hoare, prefirieron camuflarse entre las sillas para no ser vista, y Zéus, no paraba de comerse las uñas.
La primera parte del misterio fue develada. Latouche se alzó con la mayoría de votos profesorales por diez votos de diferencia: 35 sobre 25 del profesor Terenzani.
Luego comenzó la segunda parte del proceso. Los votos estudiantiles sumaban 381 en total, por lo que se vislumbraba un aumento en la tensión del ambiente.
Los miembros de 100% Comunicación no podían ocultar su cara de preocupación cuando al principio del conteo, Latouche doblaba en votos a su contendor. Luego la preocupación migró a los miembros de Gestión, cuando la tendencia comenzó a voltearse para favorecer a Terenzani. El conteo final sumó 180 votos para el profesor Latouche y 197 para el profesor Terenzani. Germán Novelli, de 100% dio un pequeño salto de alegría.
Finalmente se calculó el valor del voto estudiantil para este proceso, el cual quedó en una relación 18-1. Esto convirtió los votos estudiantiles en 8,5 votos reales para Miguel Ángel Latouche y 9,3 para Alejandro Terenzani.
De esta forma, Latouche se alza como nuevo Director de la ECS, con 43,5 votos totales sobre 34,3 que obtuvo finalmente el profesor Terenzani. Tan solo hubo 2 votos nulos y 2 en blanco, lo que coloca al electorado de nuestra escuela como uno de los más maduros de la UCV.
Felicitamos al profesor Latouche y quedamos en espera del nombramiento oficial por parte del Decano Piero Lo Mónaco. Esperemos que los candidatos Terenzani y Latouche puedan dejar de lado las pocas diferencias que mantuvieron durante la contienda y trabajen juntos por sacar adelante nuestra ECS, que ha estado de muy bajo perfil en comparación con las exigencias que el país le ha reclamado en los últimos años. Nunca antes la ECS había tenido tan buenas opciones, esperemos que la ganadora sea capaz de dirigir a favor de toda la comunidad estudiantil y profesoral y no solo los de su grupo “político”. Recuerden que antes de candidatos, son profesores.
En ProMedio por lo pronto, les regalamos las primeras declaraciones de los candidatos luego de conocer los resultados, así como una galería de fotos disponible en nuestra página en Facebook.

Declaraciones del Director electo, Miguel A. Latouche:



Declaraciones del Ex-candidato, Alejandro Terenzani:

julio 02, 2008

Nosotros, que sí cumplimos un año...

Hace 365 días se concretó lo que había sido ya un trabajo de meses, de semanas. Una idea que nació en correos electrónicos que mostraban inquietudes diversas sobre la política nacional y que hoy afortunadamente nos hace soplar doce meses de esfuerzo por mediar con los extremos.

Inmersos en una época de diatribas, de divisiones y de discusiones sin sentido, donde unos a otros vociferan distintas consignas y “gritos de guerra”, un grupo de estudiantes de la Escuela de Comunicación Social de la UCV se dispuso a opinar acerca de los diversos temas que concentran la atención de la opinión pública, utilizando como medio la lista de correos de sus compañeros de clases. En ese proceso, se evidenció como el paso por la Universidad, mezclado con una formación ética y moral de base familiar, les permitía escapar de esos extremos que en nada ayudan a solucionar los problemas que penosamente han resquebrajado al país en dos.

La necesidad de hacer algo más allá, de poner un granito de arena en la situación, de hacerles entender a rojos y azules que la bandera venezolana es tricolor y que la misma daba cabida a todos, nos impulsó a salir del anonimato. Fue entonces cuando surgió la idea de un blog. Hasta algunos profesores universitarios de diversas tendencias vieron con buenos ojos la idea.

Se definió que el primer texto debía ser un compendio de ideas que definieran de manera detallada los principios que rigen nuestra forma de pensar, nuestros ideales, nuestra manera de ver la política y las ganas de tender puentes entre los extremos políticos, sin dejar de tener una visión crítica de la situación. Fue entonces cuando nació nuestro Manifiesto, el primer texto que se publicó en este blog, justamente hace 365 días.

Con el queríamos ante todo reivindicar la idea de que el diálogo con el adversario no es símbolo de debilidad, que reconocer al otro como interlocutor válido no nos priva de defender principios y posturas que consideramos importantes. Sobre todo, pretendíamos ayudar a comprender que la caída del otro no es necesariamente una victoria nuestra, y que los grandes problemas nacionales nos derrotaran a todos si no plantamos una postura común fruto del diálogo nacional. Paralelamente comenzaba a gestarse en los medios la figura del "Movimiento Estudiantil"

¿Cuál Movimiento Estudiantil?

Cuando nació ProMedio las marchas estudiantiles se habían apoderado del país, y aunque vimos con buenos ojos el despertar político de los estudiantes, siempre nos pareció peligrosa la cobertura que los mass media hacían del fenómeno. Sabemos que en un contexto como el que vivimos en Venezuela, los medios no solo se limitan a trasmitir información, sino que la modifican, la moldean y la construyen según sus intereses.

Ese temor se fue confirmando en diversas ocasiones y se ha visto traducido en situaciones como la candidatura de Stalin González a la Alcaldía de Libertador, la traducción literaria que se han hecho las audiencias de que “Movimiento Estudiantil = 100% Estudiantes”, los triunfos mediáticos de Ricardo Sánchez y de Cecilia García Arocha..

En ProMedio hemos visto con preocupación como se quiere encuadrar un concepto tan amplio como el de “Movimiento Estudiantil” a un despertar político que se dio en un momento determinado y bajo circunstancias específicas, legítimas, pero específicas. Decir que el “Movimiento Estudiantil” tiene un año, es reafirmar que el mismo se limita a un solo movimiento político como lo es 100 % Estudiantes, limitarlo a las celebridades nacidas desde las cámaras de Globovisión.

Peor aún, es negar las históricas luchas de los estudiantes de la Generación del 28, de los hechos del 57, de las luchas guerrilleras de los años 60, de los encapuchados de los años 90 y un largo etcétera de acciones y hechos donde los estudiantes hemos sido protagonistas. ¿O es que lo tomistas del M28, y los nudistas pintados de azul de Plaza Venezuela no eran Movimiento Estudiantil?

Aceptar como cierto que el “Movimiento Estudiantil” ha cumplido un año, es apoyar la idea histórica de los dueños de los medios de comunicación, del concepto del “4º poder”, no aquel que se encarga de la vigilancia y denuncia de lo público, sino aquel que se jacta de crear y tumbar presidentes a su antojo. Es a fin de cuentas, aceptar que se utilice a los estudiantes como instrumentos políticos para fines egoístas. Siempre hemos estado convencidos de que el Movimiento Estudiantil (sin comillas) no es el que sale en Televisión con las manos pintadas de blanco, sino el que se ensucia las manos trabajando en los barrios, llevando conocimiento a nuestra población, que tanto necesita de aclaratorias y guiaturas.

ProMedio sopla su primera vela, orgullosos de pertenecer al Movimiento Estudiantil, no el del primer año que mediaticamente se nos quiere imponer, sino el que tiene décadas de historias que contar.

junio 18, 2008

El Re-Partido político de noviembre

“Si mi muerte contribuye a que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro”.
Simón Bolívar, 10 de diciembre de 1830.

No es casual que Bolívar, héroe y pensador sacralizado de nuestra historia, haya manifestado su preocupación, siete días antes de morir, acerca de la desunión sociopolítica de la vasta nación que él llamaba “Colombia”. Esto obedece a un clamor histórico de lucha unificada en aras de la preservación del status quo.

No es demasiado fácil comprender esa frase en este contexto contemporáneo que privilegia entre los rasgos de una sociedad democrática la existencia y proliferación de partidos políticos diversos, plurales por encima de toda pretensión homogeneizadora más parecida al pensamiento único que a la libre discusión y confrontación dialógica de las propuestas. Claro está que, con todo, el Libertador no era precisamente un demócrata. Sin embargo, no quisiéramos adentrarnos en las profundidades de nuestro turbulento siglo XIX sino concentrar la mirada en nuestro siglo XXI (turbulento, aunque en otros sentidos), a la luz de aquella frase lapidaria.

Tampoco es casual el origen etimológico de las palabras “partidos”, “partición”, “particulares”. Bolívar se refiere a partidos no en el sentido organizacional que manejamos contemporáneamente, sino en cuanto a intereses “particulares” que van en contracorriente de los intereses comunes o, al menos, colectivos. Nosotros creemos que mucho de eso aún pervive en la filosofía de muchos de nuestros partidos políticos, que piensan en problemas públicos como un pretexto para cobrar notoriedad y, posiblemente, cobrar otras cosas más.

Nosotros, hay que aclararlo, creemos en la existencia de organizaciones que aglutinen ciudadanos que, desde diferentes perspectivas ideológicas y culturales, decidan orientar la búsqueda de soluciones y reivindicaciones sociales, y dirigir la construcción de nuestros procesos políticos. Creemos que la democracia se construye desde la pluralidad y, en ese sentido, los partidos están llamados, deontológicamente, a servir de plataformas garantes de la diversidad y el auge de nuestras democracias modernas.

Sin embargo, consideramos que, en líneas generales, la realidad política venezolana dista mucho de esa concepción utópica y, por el contrario, vemos en el estallido de candidaturas la prueba arrolladora de una dirigencia fracturada y “partida” en liderazgos que, lejos de reflejar una vocación pluralista, se parecen más a una carrera de sacos; como si tratara de la autenticación de un oximoron del tipo “partidos antidemocráticos”.

Nos parece que la “unidad” –frente a la pluralidad- no es un concepto democrático en sí mismo. Recientemente hemos asistido a través de los medios a una de las batallas más risibles que se hayan visto jamás desde que aquella vez que, en su desespero por mantenerse en el poder, los partidos tradicionales dieron la espalda a sus candidatos oficiales para volcarse sobre “la única opción posible” para derrotar al candidato fuerte en las encuestas. Claro que estamos hablando del año 1998 y del primer triunfo electoral de nuestro actual Presidente.

Hace ya un año atrás, cuando las marchas estudiantiles pasaron a ocupar centimetraje en la prensa y el tiempo en televisión, nos llegó una información para entonces increíble: “La orden es que Stalin se ponga al frente de todas las marchas que vayan al oeste de Caracas”.
¿Cuál era la lógica de ese “mandato”?. La respuesta es muy simple: “Él va a ser el candidato a la Alcaldía de Libertador por Un Nuevo Tiempo”.

Aquella afirmación fue recibida con incredulidad, a pesar de haber venido de una fuente bastante seria. Y luego, habiéndose hecho oficial la designación de Stalin González como el “candidato de la unidad” por parte de UNT, reivindicamos no sólo la honestidad de nuestro informante, sino el convencimiento de que la maña y la manipulación, en la polis criolla, es una constante en las interacciones entre los partidos políticos y los ciudadanos.

Reconocemos el derecho de todo estudiante a militar libremente en el partido político de su preferencia. Pero, ¿no se supone que el movimiento estudiantil no era “partidista”? ¿Entonces qué hacía UNT organizando el posicionamiento de los estudiantes en las marchas, como fruto de un cálculo político particular en el mediano plazo? ¿Nos invitaron a marchar por la democracia, pero con el interés subrepticio de posicionar a Stalin González?

No en vano el advenimiento de nuestro actual Presidente se dio en un clima de descrédito y eclosión generalizada de los partidos políticos como instituciones intermediadoras, con todas las implicaciones negativas que esto tiene sobre el estado de salud y fortaleza de la democracia.
Desde entonces, las candidaturas de UNT han dado mucho de qué hablar. Siempre con el apoyo de los medios de oposición, e incluso con la intervención divina de un micro “Usted lo Vio” de Globovisión, atacando al contendor más directo de Liliana Hernández en Chacao: Emilio Graterón, inicialmente aupado por Leopoldo López. Hecho curioso puesto que este era un espacio hasta entonces dedicado exclusivamente a personajes afines al Presidente Chávez.

La candidatura de Manuel Rosales es otro hecho peculiar. Imaginen por un momento que ustedes trabajan en un Instituto cualquiera, digamos un museo, con el cargo de Director General, a la cabeza del organigrama, y de repente al terminar su período ustedes deciden que van a optar por ser el recepcionista del museo ¿Suena raro verdad? En una empresa del sector privado esto es considerado una ofensa, incluso en el ámbito legal tiene un nombre: Despido indirecto.

La candidatura del Municipio Sucre también ha dado de qué hablar. El candidato de UNT William Ojeda, se pelea la titularidad opositora con el candidato de Primero Justicia, Carlos Ocaríz. En ProMedio reconocimos en un post anterior, la superioridad en cuanto a trabajo comunitario y popularidad que Ocaríz tiene sobre Ojeda.

En ese sentido nos gustaría recordar las razones por las cuales Ojeda rompió con el sector afín al Presidente Chávez de manera temprana, al negársele la posibilidad de ser el candidato a la Alcaldía de Sucre por el MVR. Entonces la opción de José Vicente Rangel Ávalos se benefició del visto bueno presidencial, y Ojeda fundó Un Solo Pueblo, con el que no logró ganar la Alcaldía.
En general, las candidaturas de UNT tienen una contraparte con PJ, haciéndose evidente el enfrentamiento político entre estas dos fuerzas opositoras por ser las abanderadas en el protagonismo de ese 40% tradicional que han mantenido desde hace 10 años. Enfrentamiento que se profundizó en las elecciones presidenciales, y que tuvo un repunte en la crisis interna de PJ, que terminó con varios de sus principales dirigentes en las filas de UNT.

Los partidos políticos se olvidan de que el pueblo venezolano está madurando. Obvian el hecho de que la “masa” cada vez es menos maleable. Hoy en día, y según recientes estudios de Datanálisis, la categoría de los “mal llamados Ni-Ni” es, por vez primera, la mayor fuerza electoral del país. Un dato que irá cambiando a medida que avance la campaña electoral, pero que debería tender a la propuesta más sincera, no a la más mediática.

El PSUV se curó en salud y convocó “elecciones primarias”, mecanismo al que, por cierto, se ha opuesto UNT. Sin embargo, las reglas de estas elecciones condicionaban la proclamación como candidato al ganador, si y solo si, éste ganaba con más de la mitad más un voto y estaba quince puntos por encima de su inmediato contendor. De lo contrario, “El dedo mágico” oficial del partido designaba entonces al ganador de entre los “tres primeros lugares”.

De esta manera nos encontramos con varios “segundones” que terminaron siendo los candidatos oficiales del partido de gobierno para estas elecciones: Hugo Cabezas, en lugar de Octaviano Mejía en Trujillo; William Fariñas por Alexis Navarro en Nueva Esparta; Teodoro Bolívar en lugar de José G. Mujica en Cojedes; sin mencionar los triunfos mediáticos, como el de Mario Silva en Carabobo, el de Jesee Chacón en el Municipio Sucre o el de Jorge Rodríguez en Libertador.

Pero al PSUV la “cura” no le salió tan bien. Los intereses partidistas y los intereses individuales de los integrantes del partido oficial chocaron luego de las elecciones primarias, dando como resultado la expulsión de Eduardo Manuitt y de Acosta Carléz del partido por “indisciplina”, el lanzamiento de manera independiente de algunos “ex-psuvitas” como el mismo Acosta Carlez y la renuncia de Hermes Ramirez al partido, así como cientos de aspirantes a militantes que regresaron a las filas del PPT. Así mismo, el PPT, el PCV y UPV, aliados del bloque alineado con el Presidente de la República, plantearon la posibilidad de lanzar candidaturas divididas, incluso en sectores donde el apoyo de éstos sería clave, lo que activó las alarmas de alianza en el pretendido partido único.

Fíjense que los cargos más polémicos son: Alcalde de Libertador, Alcaldía Mayor, Alcaldía de Chacao, Alcaldía de Maracaibo y Gobernación del Zulia. ¿Qué tienen en común estos cargos? Simple: están entre las zonas que más presupuesto tienen en el país. Incluso, la Alcaldía de Chacao tiene mayor presupuesto que una Gobernación regular.

A fin de cuentas, todos persiguen el mismo objetivo: Tomar las riendas del poder. A Manuel Rosales no le conviene desinflarse como el estandarte de la oposición y único posible contendor para las elecciones del 2013, por eso prefiere “auto-despedirse injustificadamente”, pero manejando un poder local más o menos importante. A UNT le haría muy bien inyectarse del dinero del presupuesto de Chacao. Las propagandas de partido disfrazadas de “logros de gobierno” son efectivas.

Deben tener cuidado los políticos de la guardia vieja. El poder ya no se negocia por cuotas de participación. Las “masas” de electores ya no son fieles como en la época de oro de Acción Democrática y COPEI, y pueden migrar fácilmente de UNT a PJ, o incluso al PSUV. ¿O es que Aristóbulo, el dirigente del sector oficial más popular después del Presidente, no sería un fuerte contendor ante Leopoldo? ¿O es que García Carneiro, militar con carrera política destacada entre los partidarios del "proceso", no luce ventajoso ante la “Cosita Rica” Fabiola Colmenares?

Los partidos de oposición deberían poner sus barbas en remojo. Lo que le está pasando a Chávez hoy, les puede pasar a ellos mañana.

mayo 27, 2008

Anónimo

Existe una diferencia -sutil para algunos, grande para otros- entre usar el anonimato para protegerse de agresiones y usarlo para descalificar y agredir.

En ProMedio, a lo largo de nuestro primer año de existencia, nos hemos planteado muchas veces qué hacer con este segundo grupo de des-cara-dos, que solo se dedican a menospreciar y atacar a otros y, en definitiva, a entorpecer el trabajo que hacemos en el blog.

El anonimato no es algo criticable per se, lo criticable son las posturas radicales, las agresiones sin sentido y sobre todo, los ataques a terceros y a los propios miembros del blog por medio de un rostro virtualmente encapuchado.

Sabemos de la existencia de anónimos que simplemente sucumben ante las dificultades o desconocimiento de la tecnología, y no tienen más remedio que dejar su nombre oculto. Esos son los menos (y de hecho son casos "dudosos" pues hace poco un "anónimo" puso su nombre y apellido al final del texto).

Sabemos de los otros, de los que saben muy bien lo que hacen y en sus comentarios, lejos de aportar, se contentan con generar violencia y atacar sin más argumentos que el despropósito y la descalificación automática.

Hemos analizado mucho, en serio, los comentarios de estos lectores. La mayoría de ellos siguen un parámetro muy similar, que nos podría dar pistas, al menos, de su procedencia e incluso de su posición política. Podemos dilucidar, por ejemplo, que muchos de ellos (si es que son varios, puede ser uno solo) son de la propia Escuela de Comunicación Social.

Esta conclusión nos lleva a reflexionar, a preguntarnos si no es más delicado que quienes hacen uso abusivo de este recurso provengan precisamente de una Escuela que egresa a los futuros periodistas, locutores, anclas y formadores de opinión de nuestro país. Nótese que llamamos al anonimato recurso, porque es bien sabido que en circunstancias de opresión, el anonimato nos sirve para protegernos, incluso para proteger nuestras vidas. Ahora, nos preguntamos ¿cabe ese ejemplo en un blog como este?

Siempre que podemos les sugerimos a ustedes, nuestros lectores, que firmen con algún pseudónimo, práctica común en las herramientas comunicativas de la red, y que nos facilitaría al menos identificarlos como individuos, y no confundirnos con quiénes son nuestros interlocutores. Imaginen, por ejemplo, cuántas veces una misma persona puede opinar lo mismo haciéndose pasar por otra. De modo que el empeño en seguir utilizando el anonimato nos lleva a pensar que las intenciones de estos personajes no son otras que molestar.

Nosotros no vamos a dictarles cátedra de ética. No nos sentimos capacitados para ello, aunque eso no nos impida observar lo poco que se practica ese elemento primordial de la filosofía que regula el animal que todos llevamos dentro.

Lo que queremos es reforzar nuestra conciencia de identidad y responsabilidad individual y social ante lo que se dice. Ahí está la restricción de la endiosada libertad de expresión que, como toda libertad, necesita limitaciones para que no derive en caos.

Por lo pronto, en ProMedio hemos tomado una decisión que pondremos en práctica y a manera de prueba en los próximos post. Estos comentarios seguirán siendo recibidos y seguiremos dándole cabida en nuestro espacio. Pero, todo comentario anónimo que no posea ningún tipo de calidad argumentativa, que provoque violencia e invite a la división, pero sobre todo, que se use para atacar al otro –participantes o no del espacio- no será respondido por ProMedio ni por ningún miembro del blog.

Lo que procuramos es que se tomen su tiempo para responder tal como queremos aquí, con raciocinio y con respeto hacia el otro. Sería ideal que todos nos hiciéramos responsables por lo que hacemos, pero aquí apenas les exigimos, con mucha modestia, que se hagan responsables de lo que dicen en este espacio que pertenece a todos.

mayo 20, 2008

La decisión de dos viernes

ADVERTENCIA: Este texto es una adaptación del que será publicado por Ricardo Andrade en Hora Universitaria. El autor, aunque es parte de ProMedio, se hace responsable único de los excesos y desaciertos de su crónica. Si no les gusta no es culpa nuestra; pero si les gusta es gracias a nosotros que tuvimos la delicadeza de publicarle lo siguiente...


Tomar decisiones es un ejercicio cotidiano en cualquier ámbito. En la UCV lo hacemos a cada rato, pero los últimos dos viernes tuvimos que decidir, colectivamente, a quién depositar nuestra confianza y nuestros votos en esas cajas de cartón que en ese tipo de jornadas adquieren otro nombre más respetable –y más fúnebre-. A los profesores y estudiantes nos ha tocado la democrática oportunidad de elegir a quienes se encargarán, durante el próximo periodo, no sólo de representarnos públicamente en tanto comunidad académica, sino de la ardua tarea de procurar el buen funcionamiento y mejoramiento de nuestra universidad como institución al servicio de la nación, en medio, por cierto, de un contexto histórico indiscutiblemente importante.
Hará cosa de un mes que la Ciudad Universitaria comenzó a albergar, en sus paredes, puertas y columnas, las coloridas consignas y los felices rostros de los candidatos. La comunidad ucevista los fue (re)conociendo poco a poco, llegando incluso algunos –¿estudiantes irremediablemente llenos de espíritu participativo?- a rayar los afiches en un gesto poco genuino, pero tradicionalmente irreverente. Llamaba la atención, por su parte, que casi todas las propagandas implicaban, de una u otra forma, la palabra “autonomía”, cuestión poco genuina también, pero –suponemos- llamativa y políticamente eficaz. En todo caso, el terreno de la universidad se fue abonando para tener nuevas autoridades.
Hasta que llegó la primera vuelta el viernes 09 de mayo, con sus ofertas decanales y un total de cuatro equipos de candidatos a rector, vicerrector académico, vicerrector administrativo y secretario. Profesores turnándose desde la mañana como testigos, estudiantes deambulando cerca de las mesas, dirigentes paseando de un lado a otro, todos nerviosos y optimistas. Unos distribuyendo papelitos con las fórmulas electorales, llamados “chuletas” –denominación cónsona con la poca ética que entrañan-; unos recibiéndolas con la amargura de quien recibe un indeseado foletín; otros –esperamos no sean muchos- obedeciéndolas con la aguerrida convicción de la falta de criterio. Unos se sentaban en los pupitres amurallados previendo con exactitud geométrica cada elección; algunos ejercían su derecho sólo enterados de por quiénes no votar; otros se disponían frente a los círculos blancos a morder el bolígrafo –pensando o recordando- para decidirse en el último momento.
Al filo de medianoche, aquella dinámica jornada resolvió los dilemas de las mayorías de las facultades, y despejó el camino hacia la silla que ocupara Vargas por primera vez: los cuatro equipos se redujeron a dos. Con todo y la elocuencia de los números a favor de García Arocha, la comunidad ucevista todavía tenía una semana para pensar si era su equipo o el de Pabón el próximo responsable de la próxima gestión rectoral. Esa semana reunió sucesos que acrecentaron la tensión entre los dos candidatos a rector y que, a mi modo de ver, terminaron decidiendo la cuestión. Pabón intentó desacreditar a su contendora y, si bien eso pudo haber desmotivado a algunos electores, a otros, por el contrario, los movió a participar por uno o –sobre todo- por otra. Así llegó el viernes 16 de mayo, fecha de la segunda vuelta, circunstancia esencialmente dilemática: la moneda y sus dos únicas caras, pero en una situación mucho más independiente del azar, una encrucijada definitoria e indefectiblemente decisiva.
Aquel viernes era un buen día para votar. Parecía un día propicio para hacer elecciones trascendentales, sin embargo la afluencia de electores fue menor que la de la primera etapa, o al menos eso era lo que reflejaba la atmósfera pesada de las diferentes escuelas y facultades. Había un desánimo latente que sólo podríamos justificar mediante la especulación. Las cifras finales darán detalles, pero no se sabrá a ciencia cierta si aquel clima se debió a una inopinada pérdida de la motivación inicial en algunos, o simplemente a la riesgosa certeza de quienes creían que todo ya estaba dicho.
Pero nunca decayó el ánimo festivo de los estudiantes y profesores más involucrados con el activismo universitario. El escrutinio, más que un conteo de votos, parecía un enérgico descuento de los minutos previos a un estallido. Bajo la suave luz de la Plaza Cubierta que lleva por nombre el de Villanueva, relucían las pieles sudadas y eufóricas en contraste con los rostros deseosos de una esperanza sorpresiva. Los ojos brillaban fijamente intervenidos por el reflejo de la pantalla, mientras las franelas (varias azules y blancas) se empapaban y las gargantas emitían todo tipo de coros, unos corteses y otros no tanto. Las brechas comenzaban a alimentarse cuando las bombas lacrimógenas –que pertenecen naturalmente a las fuerzas de seguridad del Estado- irrumpieron en la plaza, muy cerca del Aula Magna. En su vano intento por causar caos, la ácida neblina inundó el recinto y arropó a los ucevistas con su blancura picante, pero el viento, con la sencilla fuerza de lo natural, disipó los gases del saboteo para restaurarlo todo.
A las diez de la noche, la computadora continuaba registrando números y la pantalla seguía reflejándose en los ojos de todos. Pero las brechas pronto se hicieron irreversibles y la gente quiso oír verdades oficiales, especialmente los que querían ratificar su emoción triunfal. Así tuvo que declararlo públicamente la comisión electoral. Las cifras preliminares decretaron los decanos electos de las tres facultades que requirieron una segunda vuelta, y también arrojaron un resultado abrumador: la victoria de Cecilia García Arocha y todo su equipo como nuevas -y máximas- autoridades de la primera casa de estudios del país. A ellos nos queda felicitarlos y, sobre todo, exigirles eficiencia, prudencia y todas las virtudes que sean necesarias para llevar a la UCV por el camino de la academia y la institucionalidad, con amplitud, disposición negociadora y siempre en función de la sociedad. Ha llegado una nueva oportunidad de trabajar, cooperativamente, por una mejor Universidad; sería imperdonable desaprovecharla.


Ricardo Andrade

mayo 14, 2008

Segunda vuelta electoral en la UCV: Arocha Vs. Pabón

Luego de las elecciones de autoridades que se realizaron con normalidad el pasado viernes, este 16 de mayo de 2008 los “ucevistas” tenemos el deber y la responsabilidad de acudir nuevamente a las urnas para pronunciarnos sobre los dos candidatos a rector de nuestra casa de estudios que acumularon mayor cantidad de votos durante la primera vuelta: Ceclia García Arocha y Jorge Pabón.

En nuestro post pasado, hicimos algunas consideraciones puntuales sobre la hoja de vida y la trayectoria de estos profesores. También recogimos algunos “chismes de pasillo”, sobre los cuales algunos de ustedes han tenido la amabilidad de pronunciarse, para corregir, aclarar o respaldar. Gracias a todos los colaboradores.

En todo caso, en ProMedio los invitamos a ejercer su derecho “ucevista” del voto de la mejor manera posible: de una forma crítica, razonada, ponderando méritos y carencias y tratando de superar las lagunas de la desinformación y la polarización, así como los velos mediáticos que, muchas veces, se imponen sobre la sensatez y el discernimiento, valores de extrema necesidad en la coyuntura que nos atañe, porque –hay que decirlo- el discurso propagandístico de ambos candidatos está anclado en una difusa reivindicación de la autonomía y la democracia, lo cual dice muy poco acerca de sus métodos y propuestas concretas.

Debido a la importancia histórica de los últimos años de la vida nacional, la UCV tiene actualmente un compromiso que no puede ser eludido por ninguna autoridad; por eso esta elección es fundamental. También en la medida en que el ganador deberá hacer frente a los intentos del gobierno nacional por modificar el sistema de ingreso a las universidades y abrirle “al pueblo” (¿no somos todos “pueblo”?) las puertas de la educación superior.

Si bien creemos necesaria una real transformación de la UCV como institución, en temas como la reforma y actualización de pensa, la situación contractual de los profesores, la optimización en la producción y utilización del conocimiento científico y académico, creemos que estos cambios deben venir desde adentro, fruto de un gran consenso de la comunidad académica, sin estar signados por matices sectarios, consideraciones políticas e ideológicas coyunturales.

Lo más importante que debemos defender es el libre debate y el disenso dentro de la interacción dialógica, alma y razón de la academia. Perder –o dejarlos perder, da igual- esos valores constituiría el fin de la universidad como casa de estudios e instancia clave para el desarrollo nacional.

Sin ánimos de fomentar rumores en torno a los candidatos, vale advertir la ausencia de Jorge Pabón en uno de los debates más importantes de los que se llevaron a cabo, lo que impidió un cara a cara entre los que hoy son opciones de la segunda vuelta. Nos preocupa porque consideramos que esas han sido oportunidades únicas para confrontar dos propuestas que discursivamente parecen muy similares. Cabe destacar que, por otra parte, la propaganda del decano Pabón tiene que ver con la defensa de la autonomía a través de las leyes, y desde aquí nos preguntamos si realmente es a través de la ley que se defiende la autonomía, como si el valor de la autonomía fuera reductible al de un artículo o un decreto. Nosotros, en ese sentido, no creemos mucho en la deificación de las leyes y asimismo que la autonomía se defiende ejerciéndola, fundamentalmente mediante de la libertad académica, de la producción y divulgación de conocimiento útil para el desarrollo social. Y sobre todo ejerciendo la vigilancia de su cumplimiento y evitando su uso para justificar atrocidades, es nuestro deber y derecho como miembros de la comunidad universitaria.

Asimismo, el despliegue mediático utilizado por García Arocha, la favorita con base en los resultados de la primera ronda, y el apoyo expreso a su candidatura por parte de organizaciones políticas de oposición al gobierno, no son cosas que nos tranquilizan, porque a sabiendas del pensamiento crítico que debe caracterizar a la UCV, tampoco creemos prudente que la universidad sea sólo una pieza más en la lucha política que mantienen los factores que adversan al gobierno nacional. La Universidad puede ser eso, en la medida que abandere causas justas y legítimas, pero también debe ser mucho más.

Se nos ocurre que las circunstancias demandan una Universidad verdaderamente autónoma de cualquiera de los polos en pugna, capaz de transformarse a sí misma y consolidarse como herramienta para el diálogo y la estabilidad nacional. Creemos que la Universidad y el Estado tienen que negociar, independientemente de los humores de rectores y gobernantes.

Por otra parte, llama la atención la publicidad que hace alusión al clamor público de una rectora mujer. Nosotros apoyamos las luchas reivindicativas de la mujer en la sociedad, pero no creemos que ese argumento sea suficiente para entregarle el voto. Nuestro llamado es a revisar sus trayectorias y propuestas, independientemente del sexo, lo cual percibimos como una postura verdaderamente igualitaria y no basada en la discriminación positiva. Si no creemos en la magia de las leyes, tampoco en la de los géneros. Nuestro llamado es a que la población vaya más allá de las consignas electorales y revise, seriamente, propuestas y trayectorias.

Creemos que las espontáneas protestas estudiantiles del año pasado jugaron un papel importante en la reivindicación de nuestros derechos políticos y civiles y la defensa de la democracia, más allá de que paulatinamente el “movimiento estudiantil” haya sido penetrado por los actores políticos tradicionales, ansiosos de mostrar, más que una nueva cara, una “cara lavada”. Ahora es el momento de involucrarse activamente en la construcción de lo público, con propuestas frescas que coadyuven a la creación de un país amplio, plural, próspero, democrático y signado por la justicia social.

Esta participación no se acaba el 16 de mayo. ¿Quiénes serán los contralores de la gestión del vencedor? ¿Sus compañeros de plancha? ¿El Poder Ejecutivo? Deberíamos ser nosotros, los estudiantes y demás miembros de la comunidad universitaria. En cualquier caso, la elección ahora está en nuestras manos.