octubre 12, 2012

Post-electoral: aprender a jugar

Cuando dos equipos se someten al arbitraje en un juego, las reglas se dejan claras de antemano y ambos equipos acuerdan respetarlas. Hay juegos en los cuales las decisiones arbitrales no son justas, hay juegos en los cuales la suerte no acompaña a uno de los dos equipos, y hay juegos en los cuales los errores se pagan y la astucia da ventaja. Pero sea como sea, hay reglas, hay árbitro y al final del juego el equipo perdedor no puede desconocer lo acordado.

Hay dos perspectivas para mirar lo que sucedió el pasado 7 de octubre en Venezuela: la del ganador y la del perdedor. Si consideramos la del perdedor, y tomando en cuenta que fueron más de 6 millones y medio de perdedores, es natural que las reacciones sean variopintas. En virtud de esa diversidad, nos gustaría destacar algunas cosas:
  • La oposición ganó más de 2 millones de votos, mientras que el Gobierno, a lo sumo, ganó unos 800 mil votos más.
  • La oposición aglutina ahora a un 45% de la población votante, prácticamente la mitad del país. Los dirigentes opositores deben aprender a perder, porque este resultado los compromete a ser una voz contundente. Aunque ciertamente en Venezuela se han borrado poco a poco los límites entre los poderes del Estado, sigue siendo cierto que el poder no sólo se maneja desde la Presidencia, y el trabajo por el país no sólo se hace desde el poder. Hay otros juegos en este campeonato: gobernaciones, alcaldías, parlamento.
  • La visión pesimista –que, por cierto, desestimula el voto- que piensa que ya todo llegó a su final y que es preferible rendirse antes que seguir luchando, realmente aporta muy poco para el camino que todavía toca recorrer. El camino no es fácil y aún queda en el inconsciente colectivo mucho de los 40 años que precedieron a los que ahora serán 20, pero el derrotismo no podrá generar fruto alguno. Ver con pesimismo lo ocurrido es, desde la oposición, conformarse con una visión escueta del asunto. Si Venezuela escogió continuar su recorrido hacia el llamado “socialismo del siglo XXI”, sus razones debe tener. ¿Alguien hizo alguna vez el ejercicio de acercarse a un partidario del gobierno para preguntarle por qué no Capriles? Si lo hizo, probablemente sabrá que la respuesta a esa pregunta se podría resumir en: “No queremos volver a la Cuarta República”. Así que lo más inteligente para el equipo perdedor es sentarse a pensar por qué para los ganadores su opción es la mejor. Eso sería más productivo que andar gritándoles “ignorantes”. Ignorancia, si a ver vamos, es no entender al otro ni hacer el esfuerzo para hacerlo.
  • Es interesante el camino que se le presenta a unos y otros. A la oposición se le presenta el gran reto de hacer entender a la gente, sobre todo a los que siguen al Presidente, que esta dirigencia no tiene nada que ver con la que condujo los destinos del país en el pasado. Eso implica mucha autocrítica, mucha apertura y mucha renovación de liderazgos. Al Gobierno, por su parte, se le presenta un problema serio, ya que su crecimiento disminuyó y el de la oposición se aceleró. Debe revisar la razón de la pérdida de espacio, saber leer el mensaje del pueblo y dedicarse a tomar acciones correctivas, incluida, seguramente, la resolución de problemas tangibles del ciudadano.
  • A Henrique Capriles se le abren nuevos panoramas: hacer de la MUD un ejemplo de unidad en la derrota, cosa en la que siempre ha fallado la oposición, que tradicionalmente se desmorona con los reveses. Capriles no debería dejar de recorrer Venezuela, y más bien se le deberían unir otras figuras opositoras, sobre todo las jóvenes. Hubo muchos pueblos donde Capriles no llegó, pueblos que mayoritariamente votaron por Chávez. Hay que averiguar por qué Chávez se hace onmipresente en esos pueblos a donde no llega físicamente.
  • A Hugo Chávez se le presenta doble reto: asumir nuevo mandato con ofertas de Gobierno desgastadas y con un descontento creciente incluso en sectores de bajos recursos, cuna tradicional de su apoyo. A ello se suma el tema de su salud, del cual todavía nadie tiene mayores certezas. De una u otra forma, todos los actores políticos han dado a entender que están viendo con claridad sus retos. Falta ver cómo los enfrentan.
  • A nosotros, los ciudadanos, nos queda el reto más importante de todos: aprender a plantear nuestras diferencias, a reconocer al contrario y a aceptar que aunque somos dos equipos, ambos trabajamos para un solo campeonato llamado País. Si tomamos la vía de la agresión, en algún momento las acciones se nos van a devolver.
Ganar y perder es parte del juego, hay que aprender a perder pero también hay que aprender a ganar para disfrutarlo. En rigor, hay que aprender a jugar.

2 comentarios:

Bernardo Arteaga dijo...

Hola Yimmi! Me gustó mucho tu artículo, y me preguntaba si has tenido oportunidad de leer estas reflexiones del articulista de Aporrea, Anisio Pérez, que aunque largas creo que profundizan muy bien en lo que comentas en el punto sobre lo que el gobierno debería reflexionar http://www.aporrea.org/movil/ideologia/a151667.html

Anónimo dijo...

COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
EN LA CONDUCCION DIARIA


Cada señalización luminosa es un acto de conciencia.

Ejemplo:

Ceder el paso a un peatón.

Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.

Poner un intermitente.


Cada vez que cedes el paso a un peatón

o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.


Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.


Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.


Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años