¿Diálogo? Esa palabra dejó de existir en el diccionario político venezolano, al igual que las palabras tolerancia, mediación, negociación.
La “revolución” en la que muchos confiamos solo se convirtió en un mecanismo de venganza de aquellas fuerzas de izquierda que se vieron disminuidas en la Cuarta República. Solo eso. La “revolución” se ha concentrado en estos diez años en tomar políticamente cuanta institución democrática existiera, cambio de nombre y teñido de rojo previo , para no permitir ningún tipo de oposición ni disidencia.
Los resultados de la pasada jornada electoral convirtieron de alguna forma los equilibrios de poder en el país a nivel regional. Esta vez la oposición ha asumido una postura de diálogo y de llamado al trabajo en conjunto, quizás porque no les quedaba más remedio que hacerlo así. Pero el gobierno central y los "factores oficialistas", en lugar de aprovechar esta oportunidad única de llevar bienestar a las regiones, simplemente dejaron que lo político (y lo egoísta) privara sobre la voluntad electoral y desconocieron resultados algunos, o sabotearon los otros.
Los más radicales anunciaron a vivas voces su desafío a las nuevas autoridades: “Que no se le ocurra pisar el 23 de enero” gritaron los cuatro pelagatos que integran la banda de “La Piedrita” sin siquiera preguntar a la mayoría de la gente que vive en este sector si están de acuerdo con eso, ¿para qué? Ellos tienen el control de la zona, las armas y la actitud de solucionar todo por la vía violenta.
Otros delincuentes disfrazados de funcionarios públicos se encargaron de saquear las sedes de los gobiernos locales ahora en manos del “bando” contrario. Muebles, cuadros, papeles, documentos, hasta las mascotas de las casas de gobierno desaparecieron.
Y los que detentan el poder, en lugar de establecer medidas que den ejemplo de tolerancia y de la paz que todos deseamos, se encargan de oficializar las labores de saboteo con el traspaso de los servicios municipales y estatales a manos del gobierno central: Salud, educación, medios de comunicación, etc. Quizás con temores ciertos, o no.
Pero tampoco es que ellos, los que sí mantuvieron el poder como el nuevo Alcalde de Libertador, se pusieron los pantalones para comenzar a recoger la basura que le heredó la gestión anterior, sino que acudió al llamado del Gran Líder para comandar una campaña trasnochada para una propuesta de enmienda que busca solucionar el problema de liderazgo que puertas adentro posee el PSUV. ¿Caracas llena de Basura? No importa, lo que importa es recoger firmas para darle un poquito de toque de pueblo al mandato que recayó en la Asamblea unipensadora.
Y nuevamente caemos como tontos en la estrategia comunicacional del Gobierno, esa que tapa noticias de maletines de dólares con magnicidios y golpes y que ahora desvía la atención del saboteo a un tema estéril: la enmienda.
Los nuevos Alcaldes y Gobernadores no-chavistas, hasta ahora han actuado de manera inteligente. No han caído en la actitud llorona de otrora, ni tampoco en el contraataque desesperado. Han soportado más bien el chaparrón estoicamente y han comenzado a trabajar con las herramientas que le quedan a mano. Ledezma llamó a los alcaldes del área metropolitana a trabajar en la seguridad (con la ausencia del “municipio más seguro: Libertador”), Ocariz recogió la basura en Petare y empezó a reunirse con los consejos comunales de la zona para trabajar en conjunto. Capriles… bueno, solicitó una primera dama. La cuestión es que no se han dejado distraer y finalmente entienden que la única forma de hacer las cosas es de la mano con los que sí desean una transformación, con los que sí están dispuestos a trabajar, con los que finalmente son los verdaderos interesados en que las cosas sean como deben ser: la gente.
Por su parte, Chavez anuncia que quiere “tender puentes” a la oposición, pero del dicho al hecho solo deja más saboteos y ataques. No envía el dinero completo al Zulia y quiere meter preso al nuevo alcalde de Maracaibo. Insulta a Ledezma, advierte y amenaza. Las asambleas legislativas con mayoría oficial retrasan las juramentaciones de Carabobo y Táchira. El PSUV ordena a PDVSA que no envíe más gasolina a esta última con toda la intención de desesperar a sus habitantes y luego anunciar que ellos serán “de ahora en adelante” los intermediarios ante PDVSA… esto es real, no es un cuento de terror. Y otros tantos, los menos, los más rasos, los más malandros, golpean a los estudiantes de manos blancas que pisan la Plaza Bolívar.
¿Qué podemos hacer? Tú, que formas parte de un Consejo Comunal y que realmente quieres lo mejor para tu comunidad, ponte en contacto con tu nuevo alcalde, sugiérele, exígele y si no cumple, denúncialo, protéstale, pero no lo hagas solo porque el dirigente rojo rojito de tu barrio te pidió que lo hicieras. Esto solo va a provocar el odio de tus vecinos y que tu calle siga con huecos, con basura y con más malandros asaltándote las noches de quincena antes de llegar a tu casa. Reflexiona, ¿qué hiciste después de las elecciones? ¿Trabajaste por tu comunidad o por el partido?
Tú, que solo conoces la realidad que te muestra VTV y Globovisión, sal a la calle, respírala, vívela y pregúntale a ese vecino, a ese tío chavista (o anti chavista) por qué está convencido de su posición. Infórmate, entiéndelo y aprende que la realidad de la calle es la que en verdad mueve a este país. Deja el odio a un lado, porque ese odio no te pertenece. Deja de creer que las causas de los problemas están afuera, las causas y más importante aún, las soluciones, están en tí, en tu actitud ante los problemas de tu cuadra y en cómo respondes a lo que te rodea. Deja de ver la paja del ojo de tu vecino y empieza de una vez por todas a trabajar en la enorme viga que tienes en el tuyo. ¿Revolución? Ninguna revolución funciona si no empiezas tú mismo a hacerla, y no creemos por acá que el partidismo, el totalitarismo y el personalismo sean algo muy revolucionario en este país.
Tú y esa persona que no comparte tu afiliación política tienen algo en común que pesa por sobre cualquier color partidista: el amor a esta patria llamada Venezuela.
2 comentarios:
Tú y esa persona que no comparte tu afiliación política tienen algo en común que pesa por sobre cualquier color partidista: el amor a esta patria llamada Venezuela.
Amen Yimmy...
Por la patria es que se trabaja.
Samuel Da Silva
Sec. Juv. Miranda Podemos
Un status, que para mí tiene un buen saldo. Un saldo a favor en actitudes que por primera vez demuestran algo de sensatez y aprendizaje por parte "de los que sí quieren transformar", porque en aquello que respaldar a minorías debo decir que también conozco a "rojitos" que están trabajando y no buscando una cortina política de quien guindarse. Mi gran resumen: todos han aprendido que los votos se sudan. Inclusive los "comprados" serán sudados en este 2009 con pinta de recesión. Aún nos queda mucho camino que andar, aún hay mucha polarización que distender, pero creo q ha sido la gente la que ha empezado a tender los puentes, puentes que socavan jerarquías y que le quitan la seguridad a esos que con unas "pinzas de petróleo" se sostenían, pero que están sintiendo el óxido con un barril por debajo de 40$. Por ese lado, tomo lo bueno y para mí, poco a poco hemos ganado en saldo.
Por otra parte me causa ansiedad y aburrimiento en el verbo una lucha épica donde el escritor parece estar parcializado desde antes de comprar las hojas y que va a hacer vencedor a un héroe de papel no reciclado.
Me voy del 2008 con la esperanza de que nuestro saldo crezca, de que el verbo totalitario y absurdo se enmudezca y corte la lengua y el odio de los monstritos creados.
Mientras tanto, ya encontré como trabajar por esta tierra que amo.
Feliz Navidad a mis estimadísimos Promedio guys y Orla jeje...
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