Pedimos disculpas ante nuestros lectores, amigos y compañeros por este prolongado silencio en circunstancias tan trascendentales para este país que TODOS compartimos. ProMedio tiene como una de sus máximas fundamentales la necesidad de opinar con sustento y argumentos, aspirando a la imparcialidad pero sin claudicar nuestras posiciones, sobre temas de interés público. Nuestras percepciones nacen precisamente del debate interno, del enfrentar nuestras posiciones para tratar de consensuar una postura y someterla luego a la crítica y el debate en el espacio de este blog. Dentro de este pequeño grupo existen múltiples visiones y concepciones del mundo. Nuestros textos -valgan para lo que valgan- son el fruto de un proceso de discusión interna que no siempre es tan fácil como puede suponerse. Al dirigirnos a ustedes, aspiramos a reproducir en una escala ligeramente más amplia lo que ya hemos practicado puertas adentro.
Esta fue la idea fundacional de este blog: sumar voces e ideas. No para llegar a la verdad absoluta, pero sí anhelando un mínimo de respeto y aspirando siempre a la justicia.
Pedimos disculpas porque el ritmo de los acontecimientos en el país nos ha superado. Los últimos hechos, y su concatenación vertiginosa, no nos han permitido sentarnos a discutir entre nosotros para hablarles con una voz única. Siempre tratamos de ver los hechos con perspectiva y desde cierta distancia temporal, permitiendo que los ánimos se enfríen y las vísceras no usurpen el lugar de la discusión razonada.
Sin embargo, las criminales y brutales agresiones contra los periodistas de la Cadena Capriles nos han sacado de este letargo abruptamente. No podemos permanecer callados ante el abandono paulatino pero ineludible de los vestigios mínimos de civilidad que debiera tener la dinámica política de la sociedad venezolana. Unimos nuestra voz a la de otros sectores del gremio que han condenado contundentemente unos actos tan salvajes como inverosímiles. Aquellos que utilizan la violencia para imponer su verdad terminan por obtener lo contrario a lo que aspiran: lejos de atemorizarnos, nos unen en nuestra determinación de no claudicar nuestros valores ante la barbarie.
Aplaudimos el pronto pronunciamiento en contra de estos hechos de la Presidenta de la Asamblea Nacional, Diputada Cilia Flores; de la Fiscal General, Luisa Ortega Díaz; del Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información (MPPINCI); del Ministro Tarek El Aissami y de otras figuras partidarias del proceso político encabezado por el Presidente Chávez. Pero sepan que también esperamos resultados en las investigaciones y condenas rápidas y creíbles. Igualmente, esperamos que este sea un pequeño recordatorio de que las palabras sirven para describir la realidad, pero también para transformarla: el discurso del odio y la exclusión cosecha intolerancia y estupidez.
Los hechos nos llevan a una insoslayable pregunta que le hacemos el Gobierno Nacional, legítimamente electo por voto popular: ¿Qué ha sucedido en este país para que un grupo de criminales se sientan con la libertad de brutalizar a sus compatriotas públicamente sin temor a las consecuencias? ¿Es culpa del bombardeo mediático de Globovisión? ¿O se sienten, tal vez, estimulados y apoyados desde instituciones que parecieran no gobernar para todos?
¿La PM y la GN, nos cuidan por igual o actúan como vanguardias armadas de aquellos que han convertido al Estado en el partido de Gobierno? Mientras los colegas de la Cadena Capriles eran apabullados cobardemente, de forma paralela otros periodistas y ciudadanos eran humillados y agredidos en las cercanías de la Asamblea Nacional, ante la mirada impasible -o la complicidad- de aquellos cuya función es garantizar el orden y la seguridad de TODOS los venezolanos. Un compañero de Últimas Noticias relató que cuando fue a pedir ayuda a un funcionario de la GN, éste se la denegó, enfatizando su despreciable parcialidad con una bofetada en la cara.
A Eleazar Díaz Rangel, “gurú” del periodismo venezolano: Simplemente esperemos que en el futuro condene tan enfáticamente las agresiones contra periodistas de todos los medios y tendencias políticas, y que le dedique a las agresiones contra otros colegas, diarios, canales o emisoras, todas las cuartillas que dedicó ayer. Usted, dentro de nuestro panorama mediático, goza del beneficio de la bendición del “Comandante Presidente”: haga abstracción e imagine que si esto le pasó a periodistas de Últimas Noticias, de línea editorial pro-revolucionaria, difusor de “Las Líneas de Chávez" ” y primer diario en ventas del país, ¿qué hubiera sucedido si las víctimas hubieran sido, por ejemplo, de Globovisión o El Nacional? ¿Los asesinan en la calle y luego decimos que fue la CIA, una “sensación de inseguridad” o una matriz de opinión mediática?
Al “Comandante Presidente”: Nos dirigimos a usted con el título con el cual se le designa oficialmente en la administración pública para que no dude de que le reconocemos su investidura como máxima autoridad de todos l@s venezolan@s. Sospechábamos que su pronunciamiento sobre los hechos iba a ser del tipo "fueron acciones provocadas por la derecha", como de hecho fue. Aspirábamos un pronunciamiento inspirado en el sentir humanista que corresponde a la condición inalienable de cada persona y en su deber como Jefe de Estado. Pero no, evidentemente no se refirió usted ante los hechos de la forma incendiaria en la que siempre habla cuando se trata de la disidencia: "Los barrerermos, los aniquilaremos, los derrotaremos, los haremos desaparecer del mapa". Curiosamente, hoy cuando su gobierno "repudia" la violencia (obviando que la violencia política no es cosa de ayer ni de hoy, sino que nos viene afectando desde hace ya varios años), sentimos que sus seguidores simplemente son consecuentes con el discurso suyo, o posiblemente es que algunos malandros de oficio encontraron empatía en su forma de enfrentar a quien se le opone. Pero sucede que usted, estimado Presidente, es también nuestro líder, es nuestro gobernante, pero sobre todas las cosas, Comandante, queremos que recuerde que usted, trabaja para nosotros.
3 comentarios:
Como siempre, una muestra de cordura en medio de tanta locura. Gracias a la gente de ProMedio por hacer este esfuerzo, casi sobrehumano en tiempos de tanta polarización, por opinar con perspectiva sobre la realidad de nuestro país.
Me gustaría destcar una frase que resume una de las razones por las cuales dejé de apoyar el "proceso" hace ya varios años: "el discurso del odio y la exclusión cosecha intolerancia y estupidez".
Comparto lo que dicen en su entrada. No basta con "condenar enfáticamente" un hecho en cadena nacional. Necesario es tomar acciones.
Amigos aparecieron!! ya me preguntaba yo que sería de ustedes y necesitabamos saber su opinión. Saludos. ECM
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