No conozco de cerca a quienes están liderando desde hace varios meses el movimiento estudiantil. También me gustaría destacar que me encuentro desde hace un año separado de la vida académica de mi universidad, encontrándome bajo la posición de tesista: he visitado muy pocas veces mi casa de estudios desde que terminé los créditos de la carrera. Sin embargo, las imágenes hablan por si solas: los estudiantes marcharon al Tribunal Supremo de Justicia organizados, en completa paz, y cumplieron su promesa en un acto de civismo que va mucho más allá del motivo que los llevo a manifestar. Fueron cívicos, autónomos y podría decirse entonces, desde la semiótica oficialista, rompiendo con una de las formas principales del concepto revolución, que los estudiantes estaban “revolucionando” las cosas en paz y en democracia. Tal y como profesa el ya afamado y carismático socialismo del siglo XXI.
Amo a la UCV. Amo aquella que considero mi universidad con ese mismo sentimiento de haber estudiado y aprendido no solo filosofía en sus aulas, de haber sentido esa misma intimidad de pertenecer a ella. Ahora que sigo atesorando ese cordón umbilical que me convierte en ucevista para toda la vida, pienso en macro, como estudiante y como venezolano. Y ante los hechos que todos los venezolanos vimos en la televisión (apartando los consabidos comentarios “golpistas” de los periodistas de Globovisión) acontecidos en la Escuela de Trabajo Social de la UCV, ante las llamadas telefónicas de muchos de mis amigos y compañeros que se encontraban a esa hora en la universidad y que me informaron sin pelos en la lengua lo que sucedía, lo mínimo que esperábamos los venezolanos, era un rotundo silencio por parte del oficialismo. Pero Carreño salió, y todo fue peor.
Pedro Carreño salió cerca de las 8 de la noche en cadena nacional. Y no sé si es ineptitud, o es parte de un plan bien estudiado que nunca lograremos comprender. Lo cierto es que, al tratar de justificar con su discurso las cosas, volvió a subestimar a sus receptores, al pueblo al que, supuestamente sirve. Porque su discurso no tenía lógica, ni atractivo alguno para atrapar a sus oyentes. Porque, lamentablemente engañar ni sabe. Y a diferencia de un Juan Barreto, que con toda seguridad nos hubiese dicho un “Sí,¿y qué?” bajo su vivido fundamento de hacer sentir su “stalinismo por el culo” con un excelente speech que aunque hubiese estado lleno de mentiras nos hubiese tratado de convencer, Carreño hizo lo contrario. Mintió, y lo hizo mal: el ministro llama a la paz desde la guerra, condena la delincuencia desde su propias falacias, anunciando que (cito de El Nacional Digital de ayer) "los venezolanos observamos como de manera vandálica y delincuencial, se destruían las instalaciones de Trabajo Social fueron evacuadas las 123 personas que se encontraban secuestradas por un grupo de jóvenes que regresaban de consignar un documento ante el Tribunal Supremo de Justicia". No Señor Ministro: decenas de testigos observaron los actos vandálicos por parte de supuestos estudiantes de Trabajo Social que “no merecen llamarse chavistas” como lo expresaría uno de los tantos testigos presénciales del evento, Yimmi Castillo, (miembro de este blog y estudiante de Comunicación Social), para después ser rescatados por una horda motorizada ajena a la universidad, y que al parecer tuvo el apoyo de la policía y de la Guardia Nacional, quienes esperaban como carroñeros por la entrada de Plaza Venezuela, esperando que las autoridades universitarias mostraran debilidad y pidieran ayuda. Pero no les salió la cosa bien. La misma universidad, con la ayuda de Protección Civil y los Bomberos UCV, resolvió el conflicto.
En un post anterior, ProMedio pone en claro lo que todos pensamos, el plan de la bendita emboscada: "¿Es este el resultado del discurso de Chávez el domingo pasado? ¿Cuál fue el plan para no parecer "débiles"? ¿No hacer nada con los cuerpos de seguridad, y soltar a los simios descerebrados a hacer el trabajo sucio...perdón, "social"?”. Sí, el plan era aprovechar las oportunidades que daban los hechos… Ya el gobierno ha irrespetado la peleada y tan vilipendiada autonomía de la UNIMET, de la ULA, de la LUZ… ¿Por qué no la UCV?
Lo que más a mi concepto puede indignar más a días de perder completamente el Estado de Derecho con la Reforma Constitucional, es como se subestima a este interlocutor al que supuestamente las altas autoridades llaman pueblo, “el querido pueblo”. Tenga cuidado, ministro Carreño, con la candela: deje de faltarle el respeto a todos los venezolanos. Guardando las distancias históricas, con sus discursos, geniales y fundamentales, por sus palabras, hombres como Robespierre, Sócrates o Bolívar murieron y entregaron sus vidas. Me imagino que para alguien como usted, excelentísimo señor Ministro, esto es algo romántico… Anoche terminó su cadena diciendo: “Cría cuervos y te sacarán los ojos”. Yo no puedo dejar de pensar en otro refrán, ante las faltas de su discurso pobre, ante el poco respeto a sus millones de receptores. Y mientras en Venezuela se pone en peligro muchas libertades, nuestro ministro llama a la calma desde una disertación alejada de la virtud que todos deberíamos esperar de un hombre de estado.
Aquí le dejo el mío:
"El pez muere por la boca".
Moisés Jurado
Amo a la UCV. Amo aquella que considero mi universidad con ese mismo sentimiento de haber estudiado y aprendido no solo filosofía en sus aulas, de haber sentido esa misma intimidad de pertenecer a ella. Ahora que sigo atesorando ese cordón umbilical que me convierte en ucevista para toda la vida, pienso en macro, como estudiante y como venezolano. Y ante los hechos que todos los venezolanos vimos en la televisión (apartando los consabidos comentarios “golpistas” de los periodistas de Globovisión) acontecidos en la Escuela de Trabajo Social de la UCV, ante las llamadas telefónicas de muchos de mis amigos y compañeros que se encontraban a esa hora en la universidad y que me informaron sin pelos en la lengua lo que sucedía, lo mínimo que esperábamos los venezolanos, era un rotundo silencio por parte del oficialismo. Pero Carreño salió, y todo fue peor.
Pedro Carreño salió cerca de las 8 de la noche en cadena nacional. Y no sé si es ineptitud, o es parte de un plan bien estudiado que nunca lograremos comprender. Lo cierto es que, al tratar de justificar con su discurso las cosas, volvió a subestimar a sus receptores, al pueblo al que, supuestamente sirve. Porque su discurso no tenía lógica, ni atractivo alguno para atrapar a sus oyentes. Porque, lamentablemente engañar ni sabe. Y a diferencia de un Juan Barreto, que con toda seguridad nos hubiese dicho un “Sí,¿y qué?” bajo su vivido fundamento de hacer sentir su “stalinismo por el culo” con un excelente speech que aunque hubiese estado lleno de mentiras nos hubiese tratado de convencer, Carreño hizo lo contrario. Mintió, y lo hizo mal: el ministro llama a la paz desde la guerra, condena la delincuencia desde su propias falacias, anunciando que (cito de El Nacional Digital de ayer) "los venezolanos observamos como de manera vandálica y delincuencial, se destruían las instalaciones de Trabajo Social fueron evacuadas las 123 personas que se encontraban secuestradas por un grupo de jóvenes que regresaban de consignar un documento ante el Tribunal Supremo de Justicia". No Señor Ministro: decenas de testigos observaron los actos vandálicos por parte de supuestos estudiantes de Trabajo Social que “no merecen llamarse chavistas” como lo expresaría uno de los tantos testigos presénciales del evento, Yimmi Castillo, (miembro de este blog y estudiante de Comunicación Social), para después ser rescatados por una horda motorizada ajena a la universidad, y que al parecer tuvo el apoyo de la policía y de la Guardia Nacional, quienes esperaban como carroñeros por la entrada de Plaza Venezuela, esperando que las autoridades universitarias mostraran debilidad y pidieran ayuda. Pero no les salió la cosa bien. La misma universidad, con la ayuda de Protección Civil y los Bomberos UCV, resolvió el conflicto.
En un post anterior, ProMedio pone en claro lo que todos pensamos, el plan de la bendita emboscada: "¿Es este el resultado del discurso de Chávez el domingo pasado? ¿Cuál fue el plan para no parecer "débiles"? ¿No hacer nada con los cuerpos de seguridad, y soltar a los simios descerebrados a hacer el trabajo sucio...perdón, "social"?”. Sí, el plan era aprovechar las oportunidades que daban los hechos… Ya el gobierno ha irrespetado la peleada y tan vilipendiada autonomía de la UNIMET, de la ULA, de la LUZ… ¿Por qué no la UCV?
Lo que más a mi concepto puede indignar más a días de perder completamente el Estado de Derecho con la Reforma Constitucional, es como se subestima a este interlocutor al que supuestamente las altas autoridades llaman pueblo, “el querido pueblo”. Tenga cuidado, ministro Carreño, con la candela: deje de faltarle el respeto a todos los venezolanos. Guardando las distancias históricas, con sus discursos, geniales y fundamentales, por sus palabras, hombres como Robespierre, Sócrates o Bolívar murieron y entregaron sus vidas. Me imagino que para alguien como usted, excelentísimo señor Ministro, esto es algo romántico… Anoche terminó su cadena diciendo: “Cría cuervos y te sacarán los ojos”. Yo no puedo dejar de pensar en otro refrán, ante las faltas de su discurso pobre, ante el poco respeto a sus millones de receptores. Y mientras en Venezuela se pone en peligro muchas libertades, nuestro ministro llama a la calma desde una disertación alejada de la virtud que todos deberíamos esperar de un hombre de estado.
Aquí le dejo el mío:
"El pez muere por la boca".
Moisés Jurado
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